Por P. Dennis Doren, L.C.
El mundo de hoy es exigente y complicado, y más en esta sociedad tan llena de información, de las miles de posibilidades que tocan a nuestra puerta y de lo difícil que es encontrar la más apropiada. Por eso es importante en la vida saber tomar buenas decisiones. Aquí te ofrezco algunas alternativas que a lo largo de mi vida me han servido mucho en esta difícil tarea de escoger lo mejor.
La primera es, espera. Si debes tomar una decisión y reconoces que estás molesto, enojado, o que no tienes dominio propio, grábate esta palabra en la mente: «espera», no hagas nada por el momento. Espera hasta que tus emociones estén bajo el control, no actúes de manera impulsiva porque luego vas a lamentarlo. Dale el tiempo a Dios para que te pueda hablar e indicar el camino.
En segundo lugar, escúchate a ti mismo y ve qué es lo que quieres, cómo vas a ser más feliz o cómo vas a ser más justo; sé que hay decisiones que tomes que pueden perjudicar a alguien y ayudar en mucho a otra persona, trata de pensarlo a fondo y busca el menor daño posible para los implicados en tu decisión y, si no es posible, guíate por la justicia, justicia para ti y para los que te rodean.
En tercer lugar busca sabiduría y consejeros sabios, acércate a personas que realmente puedan ayudarte, con experiencia y buen juicio.
La cuarta palabra es evalúa. Detente y piensa en las decisiones que podrías tomar y considera sus efectos y consecuencias en el tiempo, busca perspectiva: «En dos o tres años, ¿cuáles serán las consecuencias de esta decisión para mí o para los que me rodean? porque recuerda: es muy fácil tomar decisiones necias, pero es muy difícil tomar decisiones acertadas.
La quinta y más importante, ora y acude a la Sagrada Escritura, el Señor no dejará de hablarte y te dará respuestas.
Cuando nos encontramos en situaciones difíciles, recordemos que podemos elegir cuál será nuestra reacción.
Hay ocasiones que el tomar una decisión difícil duele, y duele mucho, pero en el momento, y si la elegimos siguiendo estos pasos y conscientes de que será lo mejor para nosotros y para las personas que amamos, tal vez será un trago amargo al principio, pero después es bien sabido que se experimentará una sensación de libertad y de paz en nuestra alma que es lo que nos dará la certeza de que hemos elegido lo correcto.
Así que no olvides que a diario es necesario tomar decisiones, y que como bien se dijo: ante toda acción hay una reacción, busca siempre el bien, si actúas haciendo el bien y remediando tus errores, podrás vivir tranquilo, feliz y, sobre todo, en paz contigo mismo, sabiendo que has hecho las cosas lo mejor que pudiste.