Jesús dijo que ancho es el camino que lleva a la perdición, pero angosto es el camino que conduce a la vida eterna, y pocos son los que entran por él.

Por Maleni Grider

A algunos su camino les parece recto, pero al final del camino está la muerte.
Proverbios 14:12

El camino de los hombres buenos los aleja del mal; el que mira por dónde va seguirá vivo.
Proverbios 16:17

La Biblia es la historia de dos caminos: el camino de vida y el camino de muerte. “Mira que te he ofrecido en este día el bien y la vida, por una parte, y por la otra, el mal y la muerte. Lo que hoy te mando es que tú ames a Yavé, tu Dios, y sigas sus caminos. Observa sus preceptos, sus normas y sus mandamientos, y vivirás y te multiplicarás, y Yavé te dará su bendición en la tierra que vas a poseer. Pero, si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses para servirlos, yo declaro hoy que perecerás sin remedio. No durarás largo tiempo en el país que vas a ocupar al otro lado del Jordán. Que los cielos y la tierra escuchen y recuerden lo que acabo de decir; te puse delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia”. Deuteronomio 30:15-19

La decisión es nuestra: creer y andar en el camino de Dios, o andar en caminos inspirados por el mal. Dios considera idolatría todo aquello que nos roba más tiempo y atención, más pasión y devoción que Él. Puede ser la ambición, la superstición, la hechicería, la adoración a otros dioses como el dinero u otros dioses de este mundo.

El camino del bien y del mal se iniciaron cuando Eva cayó en la tentación del pecado y Adán la siguió. Ambos se desviaron del camino que su Creador les había marcado, para ir tras sus propios deseos. En este caso, la serpiente engañó a la primera mujer diciéndole que sería como Dios. Todos los caminos que no son de Dios son engañosos. Parecen prometer cosas buenas, pero traen sólo desgracia.

El camino de la bendición está con Dios; el camino de la maldición está en la desobediencia a Él. Por eso, dice su Palabra: ““No te dejes vencer por el mal, más bien derrota al mal con el bien”. Romanos 12:21. Si no luchamos contra el mal, éste nos vencerá, pero si hacemos el bien, el mal será derrotado y no tendrá ninguna oportunidad de desviar nuestra vida. Esa es una elección que todos deberemos hacer cada día, y determinará por cuál camino andaremos.

Cuando el Señor nos llame a su presencia, no va a reconocer lo que una persona proclame creer, sino aquello que realmente cree en su corazón y aquello que haya hecho. Declarar que andamos en un buen camino, cuando en realidad andamos en camino de muerte, es mentirnos a nosotros mismos, pero Dios todo lo ve, y será Él quien juzgue si anduvimos por el camino que Él nos marcó, o no.

Jesús dijo que ancho es el camino que lleva a la perdición, pero angosto es el camino que conduce a la vida eterna, y pocos son los que entran por él. De modo que, analicemos hoy los pasos que estamos dando, y asegurémonos de dirigirnos al camino correcto, adorando sólo al verdadero Dios, y sin vanas idolatrías en nuestra vida.