¿Cuál es el mensaje? Que no hay nada imposible para Él.
Por: Luis Rivera
Cada Domingo de Resurrección llegamos con una energía que se desborda, llegamos cantando, saltando, una alegría que llena plenamente nuestros corazones. Creo que en ocasiones por este cúmulo de sentimientos olvidamos verdaderamente qué es la Pascua y el mensaje tan profundo que trae consigo, preferimos el abrazo de felices pascuas que el silencio de meditar lo que esto significa.
A una semana después de vivir la Semana Santa más rara que imaginaste y misiones ni se diga. Preguntarnos qué ha sido la Pascua, qué ha sido ese mensaje en medio de este encierro, de esta desesperación. Cristo cargó con tu dolor, tus pecados, tus mortificaciones y posteriormente venció a la muerte. ¿Cuál es el mensaje? Que no hay nada imposible para Él. Es un mensaje lleno de esperanza, de ilusionarse con ese futuro tan grande que nos tiene preparado. Para que te llenes de fe en que la misión, la vocación, el mensaje que Él tiene para ti; ni tu pasado, ni tu presente, ni tu pecado evitará que se realice si es que tú lo deseas. Que las cadenas de tus vicios pasados han sido destruidas. Que sí es posible realizar lo que te propongas, porque Cristo nos demuestra que no hay nada imposible para Él.
Vemos los evangelios de esta semana, los hechos de los apóstoles y se alcanza a contemplar esa incredulidad, ese desentendimiento y como Él siempre vuelve a llevarnos y darnos esa esperanza. Esa esperanza que hoy tanto necesitamos, nos la vuelve a dar. Vemos a un San Pedro y San Juan que son cuestionados por los ilustrados, por los entendidos, y quedan perplejos de cómo es posible que estos hombres sin cultura y estudios estén hablando así. Ese es el mensaje que Dios tiene para ti hoy, que dejes de guiarte por esos criterios humanos, que dejes de voltear atrás. Él te extiende la mano y te invita a voltear hacia adelante.
Nos cuesta trabajo contemplar lo que es la resurrección y le pasó lo mismo a los discípulos. Después de vivir en propia carne la primer Semana Santa, volvieron a su vida de antes: a pescar, a actividades rutinarias, a una pérdida de sentido, a encerrarse por miedo, a deambular en la vida. Cosa que no es ajena a nuestra realidad.
Él, como aquella primera vez, te dice «lanza las redes». Después de una jornada larga de trabajo, aparentemente sin fruto, te vuelve a decir, «lanza las redes». Que este período de Pascua aprendamos a volver a lanzar las redes, porque es a lo que estamos destinados, a ser pescadores de hombres, a ir por todo el mundo y hacer discípulos suyos en su nombre.
¿Eres incrédulo? ¿No sabes qué hacer en Pascua? Los apóstoles tampoco, y mira lo que lograron diciendo sí al sueño de Dios.