Por: P. Emilio Díaz-Torre, L.C.
Una Iglesia misionera en salida.
En el libro “Soñemos Juntos” con las conversaciones del Papa Francisco con Austen Ivereigh nos dice el Papa: “Este es el momento para soñar en grande, para repensar nuestras prioridades”. – lo que valoramos, lo que queremos, lo que buscamos- y para comprometernos en lo pequeño y actuar en función de lo que hemos soñado. Estas palabras del Papa Francisco resuenan en nosotros como miembros del Regnum Christi.
Que podemos hacer para poder dar respuesta concreta a los retos más acuciantes de nuestra sociedad y de la Iglesia. Le pido al Espíritu Santo que me ayude a descifrar un sueño que tengo desde hace tiempo y que tiene que ver con el número 11 de los Estatutos de la Federación Regnum Christi donde se nos habla de las obras de misericordia. En concreto la de cómo afrontar el tema de los migrantes. Dice el Papa Francisco que la “migración es un drama”, “es necesario difundir una mentalidad de cercanía, de cuidado y de acogida.”
Sé que tenemos varios apostolados, incluso ya institucionales que responden a este número. La educación de niños y niñas de escasos recursos y posibilidades, como son nuestros Colegios Mano Amiga que están cumpliendo 60 años. Una obra noble donde se han formado tantos jóvenes que ahora están haciendo mucho bien.
Los apostolados dedicados a las obras de misericordia que el Padre Evaristo Sada ha iniciado en Chilapa y en la Villa de Guadalupe con frutos muy concretos y tangibles para tanta gente.
Mi sueño surge de lo que el Espíritu Santo nos está pidiendo en relación con los migrantes. ¿Qué podemos hacer por ellos? Todo inició con un viaje con los padres legionarios misioneros de la delegación de Quintana Roo. Nos fuimos de fin de semana a visitar Chiapas. Fuimos a Yaxchilán pero para poder llegar a estas ruinas hay que tomar una barquita desde Chiapas al otro lado del rio Usumacinta. Mi sorpresa fue que al salir, frente a nosotros, estaba Guatemala pero que las ruinas que íbamos a ver estaban en Chiapas, en territorio mexicano. Al regresar pasamos por el puerto pequeño donde estaba Guatemala y fuimos a tomarnos una cervecita “Gallo”. Lo que presencié allí fue precisamente el drama de los migrantes. Una señora con su bebé pagándole a un coyote para que cruzara a territorio mexicano. Luego al regresar, filas de guatemaltecos de camino al norte de México…. Me cuestioné muchas cosas, ¿a dónde irán? ¿qué van a comer? ¿Quién les va a apoyar en el camino?. Ya me había tocado ver las vías por donde pasa “la bestia” frente a nuestro colegio Irlandés de Hermosillo y me impactaba mucho pensar en toda la gente que buscaba una mejor calidad de vida o que estaba huyendo de situaciones inimaginables.
Cuando llegué a México tuve esa inquietud y de repente recibí un mensaje de Paulina Tena, consagrada del Regnum Christi pidiendo platicar conmigo. Hablamos de este tema y de lo que podríamos hacer como Regnum Christi. Me invitó a visitar el albergue de CAFEMIN, cerca de la Villa. Fue una experiencia muy profunda. Ver un albergue con capacidad de 400 topado con mas de 600 migrantes. Nos dieron un tour las monjitas josefinas y un joven que estudió con los escalabrinianos, congregación del Cardenal De Paolis. Pudimos palpar en primera persona todas las necesidades que tienen. Había muchos otros que no pudieron entrar al albergue y que viven en las vías del tren. Ahí fuimos a repartir ropa y zapatos. ¡Que poco pudimos hacer ante tantas necesidades!
A partir de ahí fui recibiendo información de otros esfuerzos que se estaban haciendo a nivel Regnum Christi y acordamos tener una reunión para poder coordinar esfuerzos. Cuanto más lo hablábamos, más íbamos viendo lo que ya el Espíritu Santo estaba haciendo. Concertamos una reunión con todos, pero solo para platicar y compartir experiencias.
Descubrí que Paulina no estaba sola. Hay un apostolado que nació en la Anáhuac hace un tiempo con el P. Francisco Aguilar llamado Pisando Fuerte, “Dejando huella en los corazones de los Migrantes” y que ahora lleva Ivana, una venezolana del RC muy activa y disponible.
Al llegar a la reunión en Monte Alto, gracias al P. Chema, nos encontramos con Pedro Sánchez Soler y Ceci, Francisco Laguardia y otros de las secciones de adultos que estaban a punto de empezar una Fundación llamada “Estrella de Confianza”. Ellos trabajan con el P. Carvajal que está encargado en Ciudad de México de 6 albergues de migrantes y que también es escalabriniano. El mismo nos dijo que el Cardenal de Paolis les hablo muy positivamente de los legionarios y miembros del Regnum Christi. Interesante donde nos volvimos a encontrar. Gracias a este esfuerzo se ha conseguido un medio de transporte y pintura para el albergue del Padre Carvajal.
Estuvo también la señora, Leonor Morreo de Venezuela, que trabaja con los indigentes en un basurero donde también hay migrantes y a quienes ayuda un padre que se llama Benito.
De modo providencial se ha unido a nuestro esfuerzo Iván Torres que nos quiere apoyar con ASUA, desde la Anáhuac, mediante diversos tipos de brigadas que podemos llevar a los albergues y áreas donde llegan los migrantes.
Se han llevado a cabo visitas a los albergues, encuestas médicas para preparar brigadas médicas. Algunas personas han conseguido trabajo gracias a Álvaro Cifuentes, laico consagrado. Pisando Fuerte está planeando una brigada espiritual para ofrecer sacramentos y confesiones en Cuaresma. Se ha repartido ropa y zapatos.
Los migrantes son una comunidad en camino como dice el Papa Francisco y el tiene 4 verbos que resumen nuestra acción con los migrantes.
Acoger, proteger, promover, integrar.
En esta red de colaboración del RC por los migrantes estamos dedicados a ir trabajando juntos entre nosotros y con la Iglesia, en concreto con estas realidades que ya tenemos entre manos.
Es interesante saber que Juan Bautista Scalabrini ve a los misioneros de los migrantes como cooperadores del Espíritu Santo por la unidad. Su visión es iluminada y original del fenómeno migratorio, visto como una llamada a crear comunión en la caridad. Como sumar esfuerzos con las otras realidades eclesiales ante un fenómeno tan actual y con tantas necesidades para ser otro Cristo para ellos y curar sus heridas como el Buen Samaritano.
Tomando esto en cuenta estamos trabajando en un “modelo de atención integral” para poder sumar esfuerzos.
Soñemos en una cadena de misericordia desde Tapachula hasta Tijuana o Ciudad Juárez o Nuevo Laredo donde sumaremos esfuerzos con nuestros miembros del Regnum Christi y los albergues que ya existen en todo México.
Vamos a llevar esto a la oración y ver por dónde nos lleva el Espíritu Santo para poder cumplir con este sueño y llevar a Cristo a los corazones de tantos migrantes que llegan a México buscando una mejor calidad de vida, huyendo muchas veces de las atrocidades e injusticias. La caridad de Cristo nos apremia, es “la virtud reina y el sello de autenticidad de toda vida cristiana”. N. 23 ERC
Invitación a la acción: ¿Cómo puedes poner en práctica lo que pide el Papa Francisco para apoyar a los migrantes?