Creo que un collage con sus fotografías sobrepuestas nos permite visualizar mejor el fenómeno al que nos enfrentamos como formadores.
Por: P. José R. Valencia, L.C.
Como te comentaba en el artículo pasado, la generación de jóvenes a la que nos enfrentamos ya es diversa a los millenials en muchos aspectos. Los i-geners presentan nuevos desafíos especialmente para quienes nos dedicamos a colaborar en su formación. Tienen grandes cualidades y unas habilidades fabulosas que potenciar, pero al mismo tiempo poseen nuevas carencias. Al conjunto de síntomas y realidades que posee la i-generation lo he agrupado bajo el nombre del “collage effect”. Creo que un collage con sus fotografías sobrepuestas nos permite visualizar mejor el fenómeno al que nos enfrentamos como formadores.
Saturación
Cada 2 días aproximadamente, duplicamos la información que la humanidad poseía hasta 2003. Cada día hay más de 290 billones de mails, de ellos 80% son spam y cada día hay más de 60 mil millones mensajes de whatsapp (Sweet, Blythe, & Carpenter, 2019b). Hay una omnipresencia de información pues los jóvenes de la connected generation, pasan la mitad de su día despiertos delante de una pantalla, usan el celular en promedio cada 7 minutos e incluso duermen junto a él. Quieren tanto a su celular, dependen tanto de él… ¿Qué provoca en el cerebro esta alta exposición? Los estudios han probado que hay una creciente saturación, confusión, desenfoque, y un acceso ilimitado que no es más que un peligro ilimitado (BarnaGroup & Worldvision, 2019; Bauman, Marchal, McLain, O’Connell, & Patterson, 2014; Spencer, 2007). Está comprobada una relación inversa entre tecnología e inteligencia: a mayor exposición a la tecnología hay menos desarrollo intelectual (Sweet, Blythe, & Carpenter, 2019a). Enseñar algo a estos jóvenes sería como tratar de meter una toalla más en una maleta completamente llena. ¿Cuántas veces nos pasa que les pedimos algo y simplemente no lo registraron en su mente? Hay estudios que demuestran ya desde entonces que para que un millenial registrase algo, necesitaba que se lo dijeran mínimo por 5 maneras diversas (McKee & McKee, 2012).
Superficialidad
No se profundiza en tema alguno, se sabe mucho de poco, todo “les suena”, pero en realidad lo desconocen. Normalmente viven desconectados de los sucesos importantes de nuestro mundo, no leen noticias. Viven bastante distraídos al grado de desarrollar un umbral de solo 6 segundos de atención. Les es difícil mantener su atención por más de este tiempo, a este fenómeno se le conoce como desorden de déficit de atención adquirido (Chun et al., 2017). Y está ampliamente difundido entre los i-geners. Basta preguntar a cualquier profesor sobre las maniobras que tienen que hacer para captar su atención en clase y lo difícil que resulta mantener niveles de concentración por espacios más amplios. Su forma de pensar ha llevado al desarrollo de un procesamiento paralelo que no sólo permite el multi-tasking sino que también afecta en la forma de relacionarse con los demás. Está comprobada una relación inversa entre tiempo de redes sociales y felicidad. A mayor pantalla, somos menos felices (Twenge, 2017). Nuestras relaciones interpersonales son menos profundas, de hecho, los jóvenes ya pasan más tiempo en relaciones virtuales “de pantalla” que con personas cara a cara. Dedican más tiempo a escribirse mensajes que a hablar entre ellos.
Sin posiciones
Nuestros jóvenes fácilmente creen que todo es relativo a tu punto de vista y por ello no hay puntos de referencia. Son víctimas de la dictadura del relativismo de nuestra época como afirmó el Papa emérito Benedicto XVI (Benedict XVI, 2005). Ya ni se atreven a pensar que existen ciertas cosas definitivas, obligatorias o indiscutibles. La complejidad de las redes sociales en la que viven inmersos ha ido debilitando su capacidad de juicio. Mantenerte en este mundo conectado implica tiempo, etiquetas, vigilancia a lo que puedan publicar de ti, asegurar que te marquen correctamente, retocar cada foto, poner la letra adecuada, responder mensajes, etc. ¡nada fácil! Como si la vida en sí no tuviera ya suficientes complicaciones. En un mundo tan complejo, simplemente pierdes el sentido, la referencia, la paz.
En las redes encuentras en el mismo nivel la opinión de un estudioso, de un político, de un actor o de un influencer de 15 años. La verdad parece estar vinculada a la popularidad o a la habilidad para presentarlo de manera atractiva. Lo importante es mantener seguidores, “likes”, estar etiquetado. No importa tanto si lo que se escribe es verdad, qué profundidad posee, o qué jerarquía de valores puede estarse promoviendo detrás de una publicación o estilo de vida. Todo está en el mismo plano. Recuerdo un joven al que un día le pregunté el por qué no estaba apoyando con su mamá enferma y sin mayor problema me respondió que tenía una fiesta. No era capaz de distinguir la jerarquía entre una cosa y la otra.
En fin, te quiero invitar a que ahora tú reflexiones qué ventajas existen en los igeners a partir de estas características. En el siguiente artículo encontrarás más.
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Referencias
BarnaGroup, & Worldvision. (2019). The connected generation. Retrieved from https://theconnectedgeneration.com/
Bauman, W., Marchal, J. A., McLain, K., O’Connell, M., & Patterson, S. M. (2014). Teaching the Millennial Generation in the Religious and Theological Studies Classroom. Teaching Theology & Religion, 17(4), 301–322. https://doi.org/10.1111/teth.12237
Benedict XVI. (2005). Cardinal Ratzinger’s Homily in Mass Before Conclave – ZENIT – English. Retrieved October 3, 2019, from https://zenit.org/articles/cardinal-ratzinger-s-homily-in-mass-before-conclave/
Chun, C., Fujihara, S., Gerschenson, M., Burns, J. A., Kennedy, A., Koanui, B., & Stearns, J. (2017). Teaching Generation Z at the University of Hawai’i. Retrieved from www.iafor.org
McKee, J. R. (Jonathan R., & McKee, T. W. (2012). The new breed : understanding and equipping the 21st century volunteer. Sacramento, CA: Group Youth Ministry Resources.
Spencer, R. (2007). “I Just Feel Safe With Him”: Emotional Closeness in Male Youth Mentoring Relationships. Psychology of Men and Masculinity, 8(3), 185–198. https://doi.org/10.1037/1524-9220.8.3.185
Sweet, C., Blythe, H., & Carpenter, R. (2019a). Creating an iGen Pedagogy. The National Teaching & Learning Forum, 28(6), 1–4. https://doi.org/10.1002/ntlf.30212
Sweet, C., Blythe, H., & Carpenter, R. (2019b). Fostering criticality for the iGeneration. Retrieved November 27, 2019, from http://web.a.ebscohost.com.divinemercy.idm.oclc.org/ehost/detail/detail?vid=1&sid=04cb933d-b89b-4601-8f96-36f51b944109%40sdc-v-sessmgr02&bdata=JnNpdGU9ZWhvc3QtbGl2ZQ%3D%3D#db=ehh&AN=97217741
Twenge, J. M. (2017). IGen : why today’s super-connected kids are growing up less rebellious, more tolerant, less happy– and completely unprepared for adulthood (and what this means for the rest of us). New York, NY: ATRIA Books.
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