Este acto, lleno de devoción, fue posible gracias a la iniciativa de un grupo de señoras del Regnum Christi, quienes asumieron con dedicación la misión de extender la devoción al rezo del rosario en la comunidad.
El proyecto, que comenzó como un Triduo de oración, tomó fuerza cuando Roselia, una de las integrantes, respondió con docilidad al llamado divino para llevar el Rosario a los hogares de Tijuana. Su liderazgo, junto con el trabajo de su equipo, y la colaboración cercana con el Arzobispo, hicieron posible lo que inicialmente parecía un reto monumental: que los retablos de la Virgen Peregrina comenzaran su peregrinaje, visitando familias de todas las parroquias.
Esta iniciativa no solo refuerza la importancia de la devoción mariana en la vida católica, sino que también une a la comunidad en torno a la oración y al amor a la Virgen María. Con cada retablo, se siembra la esperanza de que más hogares fortalezcan su fe a través del rosario.
Este esfuerzo coordinado es un testimonio de cómo la fe y la organización pueden lograr grandes cosas, llevando consuelo y fortaleza espiritual a las familias de Tijuana.