En la localidad de San Pedro la celebración eucarística fue oficiada por el P. Carlos Gutiérrez, L.C., presidente del Colegio Directivo del Territorio Norte de México y en ella, los asistentes profundizaron en el mensaje de que Cristo quiere ser Rey en nuestros corazones, lo cual llena de júbilo y emoción a todos los creyentes, pues Él ya ganó la lucha contra el mal, venciendo con amor en la cruz.
“El amor es más fuerte”. San Juan Pablo II.
El P. Guillermo Meade, L.C., director local de San Pedro, mencionó en su homilía que Jesús es un rey que no ha venido a ser servido sino a servir y así pasó toda su vida, no vino al mundo porque necesitaba algo, es un rey que no vino a juzgar sino a perdonar y a salvar. Un rey que nos ama, que está cerca de nosotros, que vino a ser el salvador del mundo; un rey que no vino a conquistar con la fuerza sino a atraer por el amor.
Resonaron las palabras de Cristo: “mi reino no es de aquí”, por lo tanto, el que quiera pertenecer a Su Reino debe tener presente que es de otro mundo, que tiene otros parámetros.
El Reino de Cristo está dentro de cada persona, es un reino de ser y no de parecer, y que a pesar de que no es fácil, es un reino que no tendrá fin.
Por lo tanto debemos alegrarnos porque estamos del lado del que ha vencido y vencerá para siempre, alegrémonos porque nuestro Rey ya ha ganado la batalla y junto con Él, venceremos también a partir de dos puntos fundamentales:
- Buscar el Reino de Dios y su justicia. Lo demás vendrá por añadidura.
- Ir por todo el mundo y predicar el Evangelio.
Cristo, Rey del Universo, ya ha vencido para salvarnos y darnos la verdadera felicidad. Sin embargo, la lucha continúa en cada uno de nosotros. Ahora es el tiempo de aceptar a este Rey en nuestras vidas y en nuestro corazón. Las gracias están ahí, al alcance de todos, pero necesitamos responder.
Hoy más que nunca, debemos ser apóstoles, salir al encuentro de cada hombre y ayudarlo a aceptar el Reino de Dios, la salvación de Jesús y su infinito amor. Cristo nos dice: “Sean mis instrumentos.”
Ese es el sentido del Reino de Cristo: ser sus instrumentos no solo con palabras, sino con el corazón. Confiemos en Él, digamos con fe: “Cristo Rey nuestro, venga tu Reino”, luchemos por ello, amemos y sirvamos a nuestro Rey.
Por su parte, el P. Arturo Guzmán, L.C., en la localidad de Valle Alto, reflexionó cómo fue que Dios decidió llegar a este mundo: de bajo perfil, sin lujos. Y aunque pudo haberlo hecho, eligió el camino de la sencillez y la humildad, y es el camino que nos invita a seguir.
Nuestro Rey salió a la conquista del mundo no con un ejército de guerreros especialistas en artes bélicas y tanques de guerra o misiles, salió a conquistar el mundo con doce humildes pescadores, iletrados, sin formación y con ellos empezó su gran obra, su Iglesia. Y la hizo para nosotros, para salvarnos, por el grande amor que nos tiene.
Y es un Rey también que viene a anunciar un reino de amor, de justicia y de paz. Eso es lo que Él quiere que reine en nuestro corazón.
Durante la celebración eucarística de la localidad de Monterrey Cumbres en la cual se asociaron tres jóvenes mujeres al Regnum Christi, la comunidad profundizó en el hecho de que el Reino de Cristo es un reino espiritual, al cual estamos llamados.
Después de la homilía, resonaron las palabras “me toca a mí, de mí también depende” propias del rito de asociación y mediante las cuales los presentes renovaron su compromiso apostólico de extender el Reino de Cristo.
Se elevaron plegarias a Dios para que conduzca a la comunidad a buscar el bien común y a trabajar por una sociedad más justa, solidaria y respetuosa.
En la sección Guadalajara “Las Fuentes” se asociaron cuatro señores en una misa concelebrada y encabezada por el P. Óscar Pérez Anaya, L.C.y la homilía corrió a cargo del P. Allan Carpenter , L.C.
En Guadalajara Norte, la celebración eucarística fue presidida por el P. Andrés Villarreal, L.C., y la homilía estuvo a cargo del P. Galo González, L.C.
Por su parte, en la localidad de Celaya los asociados al Regnum Christi y sus diversos apostolados se dieron cita en el Centro Misión de la Formación Integral de la Mujer, en donde el P. Antonio León, L.C., presidió la misa y el padre Carlos Zanatta, L.C., predicó la homilía. Además estuvieron presentes el P. Juan Armando Sotelo, L.C., y el P. Alberto Izquierdo, L.C. Los señores fueron quienes entonaron los cantos y al término de la celebración eucarística todos compartieron un ameno convivio para seguir festejando a Cristo Rey.
Encomendamos a todas las secciones de las localidades del Territorio Norte de México para que sigan siendo fieles al llamado de extender el Reino de Cristo.