Fueron días de gracia y comunión, donde las delegadas se reunieron no solo para mirar el presente y proyectar el futuro, sino para leer juntas lo que Dios está susurrando al corazón de esta vocación femenina consagrada a extender su Reino en el corazón del mundo.

El cierre de la Asamblea estuvo envuelto en un clima de familia espiritual, compartiendo la Eucaristía y una comida fraterna con las consagradas residentes en Monterrey. Fue un momento de gozo profundo y de unidad, donde se hizo visible la mística del “nosotros”, tan propia del carisma del Regnum Christi: un cuerpo apostólico vivo, animado por el mismo Espíritu, sostenido por el mismo Amor.

Las delegadas ofrecieron un breve pero vibrante testimonio de lo vivido, que reflejó el fervor, la sabiduría, la sensibilidad espiritual y la fortaleza femenina que caracteriza a estas mujeres elegidas y enviadas.

“Una experiencia muy enriquecedora, de mucho aprendizaje. Gracias a mis compañeras por la confianza depositada en las delegadas y por su sí y su perseverancia.”
Natalia Alfaro.

Palpar la presencia de la Santísima Trinidad entre ellas, cómo el Señor las ha estado guiando por nuevos caminos y que Él realmente nos quiere aquí como una confirmación vocacional muy profunda. Con cada resonancia que se da en los grupos, en las plenarias, en el diálogo con la hermana, hay una gran esperanza de hacia dónde van.

“Como en el salmo, el Señor afianzó mis pies sobre la roca. Que Dios haya suscitado este estilo de vida en la Iglesia como sociedad de vida apostólica, puede ser motivo de atracción para muchas jóvenes.”
Patricia Franco.

“Para mí en estos días resonó mucho una frase en el canto que dice ‘ven Espíritu Divino’, y me siento orgullosa de formar parte de esta familia que me genera una profunda admiración.”
María José Pazos.

Para Mely Llano, la asamblea le ha abierto mucho el corazón, a valorar, agradecer. Ha aprendido mucho de cada una de sus compañeras. Veo cómo el Espíritu Santo está en grande con nosotras y aportando lo que a cada una nos va inspirando pero también rompiendo esquemas para que sea lo que Dios quiere y cómo llevar la misión de la mejor manera.

“La experiencia de esta asamblea ha sido un regalo de unión entre hermanas que estamos a la escucha del Espíritu Santo buscando qué nos quiere decir para los próximos seis años como sociedad de vida apostólica”.
Ale Bolio.

Ha sido un gozo contemplar cómo Dios les habla a todas y las une en un mismo corazón. Hemos recibido un don enorme de parte del Señor lo que representa el compromiso de darlo a conocer a los demás para que el Reino de Cristo siga presente en todas las realidades del mundo.

Para Nuria López el tiempo de la asamblea ha sido de una gran belleza y de poder percibir la unión entre las consagradas y de ver que se encuentran en una muy buena etapa de solidez a nivel de grupo y ver cómo cada una tiene en su corazón ese deseo de servir a Dios en el Regnum Christi y de seguir haciendo que esta obra que Dios ha pensado para nosotros siga adelante. Un tiempo hermoso de escucha del Espíritu Santo y también de escucha entre ellas.

“Personalmente me ha renovado mucho en mi consagración y mi deseo de seguir a Jesucristo y en mi deseo de que el Regnum Christi sea lo que está llamado a ser y que nosotras podamos tratar estos temas en común y escuchar a las demás es un gran don”.
Nuria López.

La delegada Patricia Franco coincidió con sus compañeras en que la asamblea fue una experiencia muy profunda y llamó su atención que, aunque el Espíritu Santo es el mismo, los dones y carismas son diferentes.

“Para mí ha sido una experiencia de ver cómo cada una va desarrollando sus propios carismas y talentos proponiendo sus ideas pero al mismo tiempo el Espíritu Santo nos une, nos convoca y nos hace llegar a consensos. Un solo Señor, un solo espíritu que personalmente me ha edificado mucho”.
Patricia Franco.

Cada palabra pronunciada es reflejo de una interioridad habitada por Cristo, de una identidad femenina redimida, fecunda y transformadora, que responde al llamado con una entrega total.

Confiadas en las oraciones de todos, recordamos que el trabajo continúa, ahora en preparación hacia la Asamblea General Ordinaria. Las consagradas caminan como apóstoles de esperanza, sostenidas por la certeza de que el Reino de Cristo está presente aquí y ahora.

Que esta experiencia de escucha y renovación sea un signo claro para muchas otras mujeres de que Dios sigue llamando, y llama con ternura, llama para amar, para sanar, para edificar.

Video del evento.