La peregrinación fue organizada por el Centro Estudiantil de México, liderado por el P. Ricardo Arriola, L.C., quien fue acompañado por sacerdotes legionarios y jóvenes responsables del ECYD. La peregrinación dio inicio en la Basílica de Guadalupe en CDMX y concluyó en Roma con la audiencia papal, pasando por diversos sitios turísticos y de espiritualidad, destacando la visita al milagro eucarístico de Siena.
La experiencia de la peregrinación en año jubilar y haber podido pasar por las puertas santas ha quedado grabada en los corazones de los jóvenes y los ha llenado de esperanza.

Patricio Rodríguez Valdés comparte que la experiencia que tuvo en la peregrinación fue un acercamiento muy fuerte con Dios, tuvo muy buenas experiencias e hizo buenos amigos.
“Creo que Dios es la fuerza para todo, yo siento que me ayudó mucho pues tuve un acercamiento muy bueno con Él y sentí en varias ocasiones que me llegó a hablar”.
Patricio Rodríguez Valdés, Monterrey.
Santiago Gutiérrez reflexionó que al principio del viaje principalmente pensaba en divertirse con sus amigos en Europa.
“La verdad es que Dios encontró la manera de entrar a mi corazón y de cambiarme, de saber cómo fortalecer mi fe y acercarme un poco más a Él”.
Santiago Gutiérrez, Monterrey.
Raúl Guajardo, coincide en que su expectativa del viaje era conocer los lugares y no enfocarse tanto en Dios, sino simplemente en estar con sus amigos y hacer turismo, sin embargo conforme fue participando en las misas, Dios empezó a entrar en su corazón y desde que recibió el sacramento de la reconciliación, todo cambió para él.
“Dios siempre sabe cómo llegar a ti, ya sea de alguna manera u otra y aunque en la iglesia hay mucha gente que no le gusta ir a misa, les puedo decir que con este viaje gracias a la misa diaria, fortalecí mucho mi amistad con Dios”.
Jesús Treviño, Monterrey.
Sebastián Méndez, lleva 4 años en el ECYD y algo que le ayudó mucho de este viaje fue acercarse más a Dios, a ir más a la iglesia, a confesarse más seguido.

Un día normal de viaje iniciaba con el desayuno y preparación para salir a misa y conocer el lugar definido para esa fecha, por la tarde hacían turismo y de regreso al hospedaje compartían la cena y recibían pláticas de formación.
“Fue hermoso ver a mi hijo vivir experiencias llenas de Dios, aprender responsabilidad y valorar su hogar y familia. Regresó con paz y amor, y como padres, ha sido una de las experiencias más enriquecedoras verlo crecer en la fe”.
Ángela de la Garza, mamá de Diego.

El día más esperado del viaje llegó y los jóvenes se levantaron muy temprano para trasladarse hasta el Vaticano y participar en la audiencia del Santo Padre, en la cual se instruyó la catequesis reflexionando sobre los niños.
El Papa Francisco resaltó que Jesús en el Evangelio habla de la importancia de proteger, acoger y amar a los más pequeños pero que tristemente hoy en el mundo millones de niños son obligados a convertirse en adultos antes de tiempo, por ejemplo en los matrimonios forzados, en la prostitución, en la pornografía infantil.
“No olvidemos que cualquier tipo de abuso infantil es una violación de los mandamientos de Dios. Por eso es necesario despertar las conciencias, denunciar estos hechos atroces y constituir entre todos espacios seguros, para que los menores puedan crecer sanos y felices”.
Papa Francisco.

Una vez terminada la audiencia y al ver el entusiasmo de los jóvenes peregrinos, el Santo Padre los mandó llamar para saludarlos personalmente y darles una bendición especial a lo que los jóvenes respondieron con emoción refrendando su compromiso como católicos y recordándole que siempre rezan por él.
El Papa Francisco les recordó la importancia de rezarle siempre a la Virgen de Guadalupe pidiéndole su intercesión.
“En este viaje disfruté mucho la compañía de mis amigos y experimenté la plenitud en mi vida espiritual”.
Santiago Ruiz, Monterrey.
Lucas disfrutó la peregrinación pues fue un viaje espiritual para acercarse más a Dios, conocer el legado de los santos y los lugares especiales a los que tuvieron acceso.
Jesús disfrutó de la espiritualidad del viaje y aprovechó al máximo todas las pláticas formativas que recibió.
“El estar en los lugares Santos como peregrinos de la esperanza, y en año de Jubileo de verdad que fueron afortunados, pasar puertas Santas, visitar Santuarios, misas diarias en lugares que jamás imaginaron en donde se turnaban como acólitos y lectores fue una bendición. Mi hijo regresó con el corazón lleno de gratitud y amor, más consciente y dando testimonio de lo que vio, sintió y vivió de sus encuentros con Jesús”.
Aurora Martell, mamá de Sebastián.
“Sean buenos y santos” fue la recomendación del P. Arriola que ha quedado como estilo de vida para estos entusiastas jóvenes del ECYD que reafirmaron que en el día a día y compartiendo la palabra de Dios pueden alcanzar la santidad.