Los Círculos de Acción Vocacional, es un apostolado del Regnum Christi que apoya y acompaña vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada, pero en el camino para lograr esta misión, van vocacionalizando los ambientes y con ello ayudan a cada persona a encontrar su vocación.
El programa de la Convención Anual de los CAV, abarcó una diversidad de temas entre los que destacaron procesos de formación, situación actual de las vocaciones, un panel de las tres vocaciones consagradas y un taller de comunicación, entre otros.
La primera conferencia transmitió las conclusiones emanadas de la Convención General en relación con los procesos vocacionales en la cual se contó con la participación de varios delegados que asistieron a Roma el pasado mes de abril.
“Se vivió un sentimiento de sinodalidad muy hermoso en donde el Espíritu Santo no se cansó de inspirarnos acciones orientadas a las vocaciones”.
Daniela Boesch, delegada del Territorio Norte de México.
Los panelistas coincidieron que, trabajar por las vocaciones no es solo tarea de los CAV, sino de todos los miembros del Regnum Christi y convocaron a los presentes a ser valientes.
“No tengan miedo al conflicto, sobre todo entre familia que nos queremos para cambiar rumbos, no tengamos miedo al cambio, abrámonos a los dones del Espíritu Santo”.
David Zárate, miembro del Colegio Directivo General.
Adrienne Rolwes, consagrada del Regnum Christi, junto con Álvaro Cifuentes, laico consagrado, recalcó cómo la Iglesia Católica, al acompañar al Regnum Christi en los años de renovación, ayudó a fortalecer el proceso de discernimiento vocacional y de formación dentro de la vida consagrada, donde se ha tenido mucho crecimiento así como grandes frutos.
Describió las etapas por las que pasa cada joven con inquietudes vocacionales a la vida consagrada, comenzando con un año de vida en comunidad y enfatizó la importancia del acompañamiento durante cada una de dichas etapas.
Además de la valiosa participación de sacerdotes, consagradas y laicos consagrados, la interacción con los promotores vocacionales, llenó de herramientas a los presentes.
“Participar por primera vez en la Convención del CAV fue una experiencia única, que aunque asistimos con algo de miedo en un inicio, el Espíritu Santo se encargó de acercarnos a estas personas que dan su tiempo para servir a Dios a través del apostolado; aprendimos mucho de cada persona que compartió su testimonio”, compartió Sandra Georgina del CAV CDMX.
“Mi hijo es un testimonio vivo del amor de Dios pues Él desde muy temprana edad lo llamó a su servicio y quiero que cuando sea sacerdote recuerde a todas las personas que estuvieron apoyándolo de todas las maneras posibles”.
Sandra Georgina, CAV CDMX.
“Para mí servir en los Círculos de Acción Vocacional ha sido una bendición, y no solo porque mi hijo ha estado en un proceso de discernimiento por seis años, sino porque en cada acción que realizamos en el apostolado, me voy motivando más y más en mi propia vocación que es el matrimonio”, externó Karin Huerta del CAV Tuxtla.
“Junto a mi esposo Luis Cancino, hemos atravesado por retos muy hermosos, que nos han ido consolidando como esposos, y he ido descubriendo la belleza de estar enamorada de mi propia vocación, ese llamado que Dios me ha hecho desde toda la eternidad para desarrollarme a plenitud”.
Karin Huerta.
“Los Círculos de Acción Vocacional retoman fuerza en esta época tan necesitada de encontrar el sentido de la vida de cada persona. La búsqueda del sentido de la vida es algo hermoso, porque siempre que nos preguntamos, encontramos respuestas. La belleza de la vocación radica en la llamada exclusiva que Dios realiza a cada hombre y a cada mujer”, concluyó Karin.
“Tuve la dicha de poder participar en la convención nacional del CAV. Han sido jornadas llenas de gracias y regalos de Dios. Entre esos regalos me he llevado la luz de ver y vivir la existencia, la mía y la de cada humano, como un llamado personal de Dios; como un pensamiento amoroso de Dios que nos llama a la plenitud. Ha sido muy bello compartir estos días con personas que viven su llamado y que, con ilusión, desean colaborar con el Señor a que más personas encuentren la senda de su felicidad temporal y eterna.”
Pablo González, L.C., promotor vocacional.
Cuando somos generosos con Dios, Él se derrama en generosidad y nos descubre la belleza de nuestra propia vocación. El mensaje que surge de la convención anual es una invitación a cada joven que esté preguntándose qué hacer con su vida, a que sea generoso e incluya a Dios en sus planes y entonces en esa generosidad del corazón descubrirá su vocación.
