Este evento marca el inicio de un nuevo ciclo para los jóvenes que han decidido unirse a la familia de la Apostólica, un paso significativo en su camino de formación y discernimiento.
En León, quince jóvenes participaron en el cursillo introductorio de verano, recibiendo su uniforme que simboliza su compromiso y dedicación al llamado vocacional. En Monterrey, fueron dos los jóvenes que tomaron el uniforme en una emotiva ceremonia.
La toma de uniformes es un momento clave para los aspirantes, donde estuvieron acompañados por sus formadores y familiares, quienes los han apoyado en este importante momento de sus vidas. La jornada estuvo llena de experiencias y recuerdos únicos que quedarán grabados en el corazón de todos los presentes.
Este nuevo ciclo representa un gran reto y una oportunidad para crecer en la fe, en la formación académica y espiritual. Felicidades a todos los jóvenes por unirse a la gran familia de la Apostólica, quienes están listos para afrontar este nuevo año con entusiasmo y dedicación.
¡Que Dios los guíe en este hermoso camino!