Uno de los momentos más significativos fue la peregrinación del Camino de San José, donde los participantes reflexionaron sobre las virtudes de este santo: la humildad, la obediencia y el valor. Fue una oportunidad para inspirarse en su ejemplo y replantearse su propio papel como hombres de fe.
Los asistentes conocieron el Plan 2040, un apostolado que busca transformar a la sociedad a través de la educación integral de los niños, adolescentes y jóvenes. Asimismo, a través de charlas y mesas de trabajo, los participantes fueron llamados a ser líderes en sus familias y en su comunidad, así como en su vida laboral y social.
A lo largo del cursillo, hubo muchos espacios para la convivencia, donde se compartieron risas y momentos de reflexión. Fue un tiempo para fortalecer la amistad y el sentido de fraternidad entre todos.
Los participantes coincidieron en que el cursillo fue una experiencia enriquecedora, donde la fe y la amistad se entrelazaron, avivando en ellos el deseo de vivir la fe al estilo de San José.
Encomendemos a nuestros hermanos que participaron en esta profunda experiencia del amor de Dios para que regresen a sus localidades a seguir extendiendo el Reino de Cristo.