Del 14 al 21 de julio se realizó el «Altius Camp» con la participación de 50 adolescentes de distintas partes de la República Mexicana y del sur de Estados Unidos.
El Altius Camp es un cursillo del ECYD, organizado por el P. Ricardo Arriola, L.C., dirigido a jóvenes de segunda y tercera etapa, cuyo objetivo es que los adolescentes tengan un profundo encuentro con Dios y descubran a Cristo como su mejor amigo a través de actividades de integración, de equipo y de diversión.
Se busca que el adolescente viva lo que es el ECYD de forma más intensa durante una semana. Para ello el cursillo está planeado para dar atención a los cinco elementos de la vida del ECYD:
- Vida Sacramental y de oración: Se tuvieron diferentes momentos de oración cada día para fortalecer la espiritualidad de los participantes. Se tuvo acceso permanente a la confesión y a la comunión, además de realizarse una peregrinación a la Basílica de Guadalupe.
- Vida en equipo: Se organizaron seis equipos que estuvieron trabajando, viviendo en conjunto y compitiendo durante toda la semana.
- Acompañamiento: Todos los jóvenes tuvieron la oportunidad de tener acompañamiento personal ya que se contó con el apoyo de Hermanos Legionarios que apoyaron en las actividades, así como colaboradores ECYD que dieron un mes para apoyar también en la organización y participaron como capitanes de los equipos.
- Formación. Se tuvieron diferentes momentos de charlas de formación.
- Con diversas temáticas que fomentan la participación y la integración a través de la sana competencia.
Como parte de las actividades del cursillo se tuvo un torneo deportivo en la Universidad Anáhuac Campus Norte, visitas al boliche, a una pista de patinaje y un campamento de dos días en las Peñas, Morelos, donde los jóvenes realizaron concursos, actividades espirituales y un rally con diferentes actividades físicas.
El P. Ricardo Arriola, L.C., mencionó que con todas estas actividades “se pretende que los jóvenes, al vivir 24 horas al día los elementos de la vida del ECYD, les ayude a crecer y capacitarse para que, al regresar a sus lugares de origen, se vuelvan fermento para que otros jóvenes puedan acercarse a Dios a través del ECYD”.