Misión de alumnos al penal de las Islas Marías
Grandes experiencias de vida se llevaron los jóvenes de diferentes sedes de la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID) que cambiaron sus vacaciones para llevar fe a los presos del penal de las Islas Marías.
Llenos de vivencias y convencidos de que en Dios todo se puede, regresaron los 12 jóvenes y personal de la UNID, quienes encabezados por el P. Arturo Guerra, L.C., capellán del sistema UNID, participaron en una misión en las Islas Marías del 20 al 29 de agosto, donde compartieron con los reclusos la fe católica además de llevarles ayuda humanitaria.
Los jóvenes provenientes de las sedes de Mérida, Campeche, Tampico, Tlalnepantla, Toluca, Tula, Morelia y Ocotlán, decidieron compartir con los presos momentos de oración, además de jugar con ellos fútbol, basquetbol y frontón.
Otras actividades que realizaron fue la impartición de talleres de primeros auxilios y de periodismo, además de reunirse con los presos todas las mañanas y en las noches para merendar.
Esta actividad cambió la perspectiva de los alumnos, quienes al final coincidieron en que esta experiencia les marcó la vida, comentó el P. Guerra, L.C.: “Al principio los jóvenes estaban con una idea negativa sobre los presos, pero al llegar a las islas se dieron cuenta que era muy diferente de lo que pensaban; siendo esta una experiencia muy positiva que marcó sus vidas”.
Al iniciar esta misión, el alumno Cristóbal Pérez de la sede Tula, no tenía idea de lo que podía encontrar, había dudas, pero eso no lo detuvo para llevar apoyo y una palabra de aliento para quienes lo necesitan en ese lugar: “No sabíamos lo que encontraríamos, pero la duda no nos detuvo; me habían hablado de un infierno en el Pacífico y yo encontré un paraíso de misericordia”.
Mariano Martínez, colaborador del Regnum Christi, se unió a esta misión y comentó que como sociedad nos corresponde apoyar a todas las personas: “Me di cuenta del lado humano de las personas privadas de su libertad y del compromiso que debemos tener como sociedad de facilitarles el camino hacia la readaptación social, que sí es posible.”
Al final de la misión, se realizó una ceremonia de entrega de diplomas de parte de los misioneros hacia los presos de la isla por su participación.
Un momento emotivo fue sin duda el agradecimiento que un interno de este penal dirigió a los presentes: “Con lo que hemos vivido estos días he visto que allá afuera sí hay personas que se preocupan por nosotros y estamos muy agradecidos porque ustedes renunciaron a sus vacaciones para venir a visitarnos”.
Concluida su visita al penal, los jóvenes regresaron a sus hogares muy contentos por el aprendizaje y experiencia que este viaje les dejó.