El viernes 19 de marzo, solemnidad de San José, Mons. Óscar Tamez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey presidió la ceremonia de dedicación de la capilla del Centro Vocacional de Monterrey.
En la celebración participaron los apostólicos, precandidatos, el equipo de formadores, un grupo de novicios y algunos invitados representando a los bienhechores de la obra. Concelebraron el P. Javier de la Torre, Secretario-Canciller de la Arquidiócesis, el P. Guillermo González, L.C., responsable de la construcción de la capilla; el P. Luis Rebollo, L.C. rector del Centro Vocacional; el P. Robson Ronchi, L.C., vicerrector; el P. Juan Manuel Flores, L.C., asistente de precandidatos; el P. Fernando Villaseñor, L.C., profesor y director espiritual; el P. Eduardo González, L.C., promotor vocacional y el P. Luciano Núñez, L.C., que por varios años también fue promotor vocacional.
Al inicio de la celebración, el rector leyó el acta de dedicación de la capilla, en este caso a la Inmaculada Concepción y a San José. Acto seguido, el obispo entregó las llaves de la capilla al rector. Después el P. Guillermo hizo una reseña sobre la historia de la construcción y el significado espiritual de algunos elementos artísticos de la capilla.
En su homilía Mons. Óscar Tamez recalcó que la capilla es el corazón del Centro Vocacional, un lugar donde muy especialmente vamos a escuchar a Dios como lo hizo San José. Y esa escucha nos debe llevar a acoger su voluntad y obedecerla con la confianza que lo hizo el padre adoptivo de Jesús.
Terminada la liturgia de la palabra, Mons. Óscar realizó el rito de la consagración del altar, que inició con el canto de la Letanía de los Santos y la oración de la consagración. Después, ungió el altar y algunos concelebrantes simbólicamente ungieron los muros con Santo Crisma. Más adelante, el obispo incensó el altar y la capilla entera. El rito terminó con la vestición y la iluminación del altar.
Al final de la Santa Misa, el P. Luis Rebollo dirigió unas palabras de agradecimiento al obispo en nombre de todos los presentes. Finalmente, la comunidad le obsequió una pequeña estatua de San José con Jesús adolescente en el taller de carpintería como símbolo del camino de formación y discernimiento que los apostólicos realizan, ahora de modo especial con la intercesión de San José.
La dedicación de la capilla coincidió con la conclusión de la construcción, 6 años después de que se colocara la primera piedra con la bendición de Mons. Rogelio Cabrera, Arzobispo de la Arquidiócesis de Monterrey. Fue muy significativo que esta capilla fuera dedicada a San José el día de su fiesta y en el año que el Papa Francisco dedicó precisamente al Patrono de la Iglesia universal.
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