Familia Misionera junto con misioneros pertenecientes a la Red de Colegios Semper Altius atendieron, en el Territorio Norte de México, a 402 comunidades en 23 diócesis con la participación de más de 4,000 misioneros quienes llevaron la palabra de Dios con alegría y entusiasmo.
Algunas localidades comparten sus testimonios
La localidad de Aguascalientes visitó la comunidad de “el chayote” en el municipio de Tepezalá en donde el párroco Roberto Landeros les abrió las puertas de su comunidad y junto con el P. Juan Manuel, L.C., Débora Melo, consagrada del Regnum Christi y doce familias de las secciones preescolar y primaria del Cumbres Aguascalientes así como algunas maestras. Vivieron días de total entrega y grandes experiencias tanto espirituales como humanas.
El Viernes Santo tuvo un sello especial pues se llevó a cabo la representación del viacrucis para la cual varios miembros de la comunidad fueron elegidos para participar. Los niños tuvieron la oportunidad de representar soldados, discípulos, al sumo sacerdote, entre otros, reflexionando profundamente sobre cada estación, tanto los misioneros como los miembros de la comunidad.
Cabe destacar que varios de los papás que se dieron cita en esta edición de la Megamisión, ya habían participado anteriormente en misiones con Juventud Misionera y en esta ocasión lo hicieron ya con sus familias, siendo la misionera más pequeña una nena de apenas un año y medio de edad.
Este grupo seguirá realizando misiones de seguimiento pues desde hace tres años han estado trabajando en esta comunidad.
“El Señor no nos quita nada y nos da todo, cuando vamos a entregar, los que salimos con las manos llenas somos nosotros”.
Débora Melo.
En la localidad de Guadalajara, se conformaron tres equipos de Familia Misionera integrados por familias del Cumbres, celebrando el tercer año consecutivo asistiendo a la Megamisión.
El P. Ignacio León, L.C., recuerda que en el año 2022 retomaron casi de cero la actividad de Familia Misionera después de la pandemia y en ese entonces asistieron cuatro familias. El año pasado con el deseo de crecer, el equipo logró reunir a ocho familias y finalmente gracias a la providencia divina, este año ha sido el de mayor participación con 26 familias.
“El Señor ensancha los corazones en la manera que cada misionero necesita, es una alegría indescriptible, el ambiente que se vivió fue de familia, como estar en el colegio pero de misiones”.
P. Ignacio León, L.C.
Para estas familias, la Megamisión 2024 fue vivir una semana de cara a Dios, y aunque algunos llegaron con ciertas dudas, el Señor se encargó de disiparlas todas, iluminó todos los huecos y sanó sus heridas, llenándolos de una felicidad no fácil de explicar, una felicidad neta, que está ahí y no se va a ir, y que les transformó la vida de muchas maneras.
Estos equipos misionaron en el pueblo de “La Esperanza” en Ameca, Jalisco y en “San José La Vega” donde vivieron una experiencia muy enriquecedora inspirada por el Espíritu Santo, prevaleciendo la convivencia y la espiritualidad en el núcleo familiar.
Por su parte, los misioneros de Mano Amiga Puebla visitaron comunidades tanto de las afueras de la ciudad de Puebla como de la sierra que colinda con Guerrero y fueron acompañados por la consagrada Michelle Gow.
“En ambas sedes me impresionó la entrega de los párrocos a los fieles de su comunidad, trabajaron incansablemente para que la Semana Santa fuera una experiencia profunda de la gracia de Dios en sus feligreses”.
Michelle Gow.
En los equipos había misioneros con muchos años de experiencia y otros que por primera vez participaban, sin embargo eso no fue impedimento para que todos por igual tuvieran gran cercanía y convivencia con las comunidades que atendieron, demostrando resiliencia frente a las dificultades que surgieron a lo largo de la semana, así como la claridad con la que buscaban encontrar a Dios en la vivencia de una Semana Santa diferente.
Familia Misionera de Highlands International School Monterrey participó con 29 familias y 14 niñas de 8º grado quienes fueron acompañados por el P. Jesús Muñoz, L.C., el P. Luis Rebollo, L.C., el P. Guillermo García, L.C., y las consagradas Leticia Rendón, Lucie Favier y Miriam de la Garza.
“Para las alumnas del colegio fue una gran oportunidad como generación para destacarse por su responsabilidad, liderazgo y espíritu de servicio de cara a Dios. Pasaron de una actitud de receptividad a una actitud de protagonismo y entrega, tanto en las comunidades de misión como con los hijos pequeños de las familias del colegio. Fue una semana en la que se fortaleció el sentido de pertenencia y el espíritu misionero”.
Lucie Favier.
Estos misioneros atendieron los pueblos de la Sierra de Arteaga: Bella Unión, Huachichil, Piedra Blanca, Los Cedritos y Los Llanos, y pudieron experimentar la acción de Dios tanto en sus compañeros misioneros como en las personas de los pueblos que los acogieron compartiéndolo todo: lo poco que tenían para comer, la fe en las catequesis y actividades litúrgicas pero también los tiempos de juegos y convivencia donde predominaba la alegría de grandes y chicos.
“Como misioneros se logró hacer una experiencia de comunidad, momentos de oración, descanso y de conversaciones interminables compartiendo las experiencias espirituales y apostólicas que se iban viviendo. Tuvimos experiencias profundas de conversión en los misioneros y la gente del pueblo. Como dice el Salmo 125: Dios ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.
Miriam de la Garza.
También en Monterrey, los colegios Himalaya e Irlandés reunieron a casi 300 misioneros, los cuales se distribuyeron en las comunidades de Cuatro Ciénegas, Coahuila siendo acompañados por sacerdotes legionarios, consagradas y laicos consagrados.
“Independientemente del bien que se pueda hacer en el lugar, los frutos se dan desde el primer momento, siendo el más importante el testimonio y formación que dan los papás a sus hijos durante la misión”.
Gloria Fernández.
Damos gracias a Dios por los frutos de esta Megamisión 2024 y le pedimos que siga bendiciendo el trabajo apostólico de todos los misioneros de México.
