Fue en el año 2010 mientras cursaba el último semestre de la licenciatura en derecho, que Alejandro tuvo un profundo encuentro con Cristo, un momento fuerte de gracia y conversión que cambió su vida. Desde ese entonces su relación con el Señor fue cada vez más íntima y concreta que en un determinado punto tras recibir la eucaristía, llega una sensación de que estaba siendo invitado a difundir este Cristo vivo entre los jóvenes y hacerles presente el amor tan real y personal que él mismo había encontrado.

Momentos solemnes durante la ordenación diaconal.

Discerniendo cómo o dónde podía llevar adelante esta inquietud, viene a su corazón el recuerdo de los sacerdotes legionarios que había conocido desde la adolescencia. A través de la página web de la Legión de Cristo obtiene asesoría y se pone en contacto con el P. Gabriel del Valle, L.C., a quien puso al tanto de la inquietud que desde entonces le había acompañado, recordó cómo le había orientado siendo su director espiritual durante la preparatoria y que lo invitó a participar en sus primeras misiones de Semana Santa siendo aun muy joven.

Agradecido con sus hermanos legionarios.

El P. Alejandro Mora, L.C. conoció el noviciado en enero de 2011 al participar en ejercicios espirituales para jóvenes y en ese momento supo que debía ir al candidatado pues muy probablemente ese sería su camino. Sus orientadores le aconsejan terminar su carrera universitaria, lo que implicaba esperar un año más para hacer el candidatado, sin embargo Alejandro acepta dócilmente guardando en su corazón la decisión que tomó años antes al final de la preparatoria, cuando decidió ingresar a la universidad y dejar “que el tiempo se pronunciara”.

En aquella ocasión quería participar en el candidatado con el fin de tener un camino cierto aunque tuviese que volver el siguiente año. Al final, con la gracia de Dios y la ayuda de sus formadores pudo ingresar al candidatado y tomar la sotana en septiembre de 2011 y es nuevamente en el mes de septiembre, 12 años después que da un paso tan importante como lo es la ordenación diaconal.

Una gran dicha vivió compartiendo la comunión con sus familiares.

Fue maravilloso para él volver a casa con la gente con la que creció y compartió tantos años de su vida, sobre todo en los días previos a su ordenación. Fue muy significativo volver a estar en la parroquia donde recibió su formación en la fe y que fuera allí donde recibiera este sacramento de servicio, fue una forma de devolver en el amor la fe que con tanto cariño le comunicaron.

Una inmensa alegría se compartió con la comunidad de Legionarios de Cristo en Hermosillo.

“Creo que tanto para mí como para mis familiares y amigos es muy sano que vean que el sacerdote o futuro sacerdote es alguien tomado de entre los hombres, uno de sus hijos uno de sus familiares, uno de sus amigos o vecinos, un hombre que con la gracia de Dios quiere y puede hacer presente el misterio de Cristo Pastor, sacerdote y servidor que ha venido a dar la vida por sus amigos”.
P. Alejandro Mora, L.C.

Momentos solemnes compartieron en la celebración.

“Hijo querido que vas a ser ordenado hoy diácono, el Señor te dio el ejemplo para que lo que él hizo también lo hagas tú en tu condición de diácono, es decir de servidor de Jesucristo que se mostró servidor entre los discípulos siguiendo gustosamente la voluntad de Dios”.
Mons. Ruy Rendón Leal. 

 Postrado a los pies de la cruz.

Rumbo a su ordenación diaconal, le acompañó un sentimiento de profundo asombro puesto que cada vez más termina por reconocer que no ha sido él quien ha elegido este camino, sino que Cristo mismo ha querido que le sirviera y le amara de este modo: como su religioso, como su diácono, como su futuro sacerdote, como su legionario.

“Sirve con amor y alegría, viviendo el misterio de la fe con el alma limpia, muestra en tus obras la palabra que proclama para que tú en el último día puedas salir al encuentro del Señor y oír de él estas palabras: muy bien servidor bueno y fiel entra a tomar parte en la alegría de tu Señor”.
Mons. Ruy Rendón Leal.

Encomendando su diaconado a la Santísima Virgen.

El P. Alejandro Mora, L.C. realiza su apostolado en la comunidad de la Dirección Territorial en Madrid, ya que es parte del equipo de formadores de la sección de jóvenes de Almagro, además de que ha sido apoyado por sus superiores para cursar una licenciatura en Teología Moral, de modo que pueda contribuir cada vez más en el campo de la evangelización de la cultura donde ha dado algunos incipientes pasos.

“He experimentado un asombro que se convierte en humildad y gratitud porque Dios ha sido grande conmigo y con mi familia. No ha sido un camino fácil sin embargo durante todo este tiempo Dios no ha dejado de acompañarnos en este proceso vocacional”.
P. Alejandro Mora, L.C.

Encomendemos al Padre Alejandro para que Dios le siga acompañando en su camino vocacional rumbo al sacerdocio.