Seamos testimonios vivos de esperanza
El 4 de marzo en el Centro Misión de la localidad de Córdoba se llevó a cabo una formación especial para la sección de adultos femenil, impartida por Álvaro Linares, director general de Escuela de la Fe. La sesión tuvo como eje central la enseñanza del papa Benedicto XVI sobre la esperanza cristiana y su papel fundamental en la vida del creyente.
Benedicto XVI nos recuerda en Spes Salvi que la esperanza es una virtud teologal, estrechamente ligada a la fe y a la caridad. A través de ella aprendemos a confiar en un Dios que nos sostiene y nos guía. En su enseñanza, el papa Benedicto advertía sobre la crisis de esperanza en la sociedad actual, derivada de un mundo que ha dejado de creer en que Dios es capaz de salvar verdaderamente la vida. Esta falta de esperanza se traduce en ansiedad, desequilibrio interior y conflictos interpersonales.
Álvaro Linares enfatizó que muchos jóvenes ven la felicidad como una colección de momentos, fotos y publicaciones en redes sociales, perdiendo de vista el propósito más profundo de la vida. Además, alertó sobre cómo la fragmentación de las familias ha privado a las nuevas generaciones de un horizonte sólido, debilitando la esperanza en el futuro.
Sin embargo, la esperanza no es un sentimiento pasajero, sino un compromiso diario. Se traduce en acciones concretas como servir a la familia, confiar en Dios y aprender a amarse a uno mismo para poder amar a los demás. “Un capítulo de nuestra vida puede ser turbulento, pero no es el final del libro”, expresó el director de Escuela de la fe, recordando que Dios nos sostiene en todo momento.
Finalmente, el ponente invitó a los asistentes a ser testimonios vivos de esperanza, confiando en la providencia divina, orando por la paz del mundo y apoyando a quienes más lo necesitan, como los enfermos, los migrantes y las familias en dificultad. “La esperanza no defrauda”, concluyó, exhortando a cada presente a convertirse en un modelo de vida en el que los demás puedan ver reflejado a Cristo.