Del martes 1 al domingo 6 de agosto de 2023 se llevó a cabo la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, Portugal. En ella se congregaron jóvenes de todo el mundo con el fin de vivir la experiencia de un encuentro vivo con Cristo y sus hermanos en Él. Miles de jóvenes dispuestos a abrir su corazón al mensaje del Evangelio, a la alegría de pertenecerle a Dios, a la disposición de dar un sí, como María lo hizo.

El Papa Francisco se mostró alegre y agradecido por la participación de “la juventud” de cada corazón que prevaleció allí. Nos pide el ejemplo de ese “sí” de María; el dar testimonio del verdadero “amor, que vuela, corre y se alegra” (Tomás de Kempis). Nos invita a seguir siendo alegres en el Señor y a compartir dicho gozo con los demás; puesto que “la alegría es misionera”.

“Vuelvan a sus raíces, a aquellos que les dieron todo, que les enseñaron el rostro de Cristo, sean agradecidos con ellos; abracen esa virtud y descúbranla cada día para vencer los miedos, el cansancio, la apatía, la conformidad. Levántense y anden!…regresen por el que ha caído No cierren la esperanza, no clausuren la ilusión,”.

Discurso del Papa Francisco en la JMJ 2023

En medio de ésta crisis mundial de identidad, de falta de pertenencia, de indiferencia, nuestros jóvenes han peregrinado hasta llegar al sitio en donde los esperaban el Papa; y, una joven del Regnum Christi Córdoba, quien colaboró en el ECYD, nos comparte su testimonio:

“La Jornada Mundial de la Juventud fue una ‘locura’ y una experiencia llena de signos visibles del amor de Dios. No es común ver a un millón y medio de jóvenes manteniendo silencio absoluto, de rodillas, para adorar a un pedacito de pan hecho Dios…en pleno verano. Es un gozo inexplicable. Siendo mi primera JMJ, puedo decir que fueron días llenos de gracias y gozo al conocer más el rostro de Cristo por medio de muchísimas personas de nuestra sección y del mundo entero, mientras el Santo Padre nos dirigía mensajes llenos de sabiduría, alegría y esperanza”.

Maried G.

Los jóvenes muestran la vivencia de los valores adquiridos, la plenitud de responder al llamado de Jesús, la sed de reconocer su vocación de cara al servicio a los demás. Ellos dan esperanza; son aquellos que, con la fuerza de su corazón, pueden ayudar a levantarse a aquellos que se han dado por vencidos o que han buscado la felicidad en las falsedades del mundo.

Jesús los ha llamado por su nombre; no son un número, una imagen falsa de mercadotecnia, un “avatar”, ”todos son amados como son” y llamados por Dios para dar testimonio; y así lo han hecho, pues muestran rostros de chicos y chicas que han servido en distintos apostolados de las secciones de la localidad Córdoba; así como de millones más que permanecen en la convicción de que Cristo es su motivo y la razón para seguir manifestando que “¡esta es la juventud del Papa!”.