Regnum Christi México

La voz del padre, es el motor del corazón del hijo: Convivencia papá e hijo en el Noviciado Santa María de la Montaña en Monterrey

Regnum Christi
Del 15 al 18 de marzo se llevó a cabo la convivencia en la que participaron los novicios de segundo año y sus papás, compartiendo momentos de reflexión, así como paseos y una deliciosa carne asada.

 

Compartiendo la parrilla novicios y papás

Esta convivencia significó una oportunidad para que los papás tuvieran la experiencia de un mayor acercamiento con la vida que llevan sus hijos en el noviciado, una vida de oración y comunidad, para visualizar dónde se están formando, compartir también las risas, las clases, pasar momentos fraternos y tener pláticas más profundas.

En la misa dominical, el P. Javier Flores, L.C., en la homilía retomó el pasaje del Evangelio correspondiente al quinto domingo de cuaresma puntualizando que en ocasiones el seguir a Dios tiene sus retos y lecciones.

“La primera lección que podemos sacar del Evangelio es que el amor a veces implica sufrimiento, lo dice claramente el pasaje de este día: Jesús tenía miedo”.
P. Javier Flores, L.C.

Y aunque resulta difícil escuchar que el Hijo de Dios tuvo miedo, que siendo todopoderoso estuvo turbado, Jesús advierte que quien quiera amar en plenitud, tarde o temprano pasa por esa etapa del amor que es el sufrimiento, y se presenta en forma de retos, pruebas y dificultades.

“El día de hoy Jesús nos dice: yo también sufro, yo también tengo miedo, yo también pasé por momentos de turbación. Déjame caminar contigo”.
P. Javier Flores, L.C.

Asimismo, el P. Javier reflexionó sobre una segunda lección de amor que Jesús muestra y es que el dolor hace que el amor crezca; las dificultades, los retos, logran que el amor madure y se haga más fuerte y Dios nos invita a no tenerle miedo a ese dolor, nos recuerda que es precisamente para momentos así que Él ha venido, para acompañarnos en momentos de dificultad cuando nos ha revelado su amor a cada uno en lo personal.

La última lección que transmitió el Evangelio es la voz que se escucha diciendo “lo he glorificado y volveré a glorificarlo”. La voz de Dios Padre es el motor del corazón de Jesús y es así como se encontraron en la convivencia los novicios junto a sus papás, recibiendo el amor infinito de Dios Padre, compartiendo una historia en la que todos han experimentado Su Amor.

 

Algunos de los participantes compartieron su testimonio.

Originario de Saltillo, Ramiro Ayala inició su camino vocacional a los doce años cuando ingresó a la Apostólica de Monterrey.

“Hemos visto como él ha avanzado en su fe, en su forma de vivir y transformó no solo su vida, sino la de toda la familia”.
Ramiro, papá de Ramiro Ayala.

Entonando los salmos, el H. Ramiro Ayala junto a su papá.

Reconoce que en un principio fue difícil de aceptar la decisión, pero con el paso del tiempo viendo su seguridad, la cual también viene de su familia y experimentando junto con él su felicidad, confirma que está en el mejor lugar ya que tiene todo para desarrollarse y para ser él mismo, abrazando el silencio y la oración, haciendo un profundo discernimiento.

Alfonso García, originario de la Ciudad de México pero con residencia en Guadalajara, comparte el orgullo que experimentaron estos días y agradece al Señor por concederle lo que le pidió en la oración: que su hijo fuera el hombre que es hoy, con valores y principios, con un carácter seguro de sí mismo y siempre procurando ayudar al prójimo.

“El llamado de Dios fue a través de la ayuda al prójimo, desde muy joven asistiendo a las Megamisiones de Semana Santa y a los apostolados en la casa del Reino. Hoy en día está muy seguro y convencido de que esta es su vocación y lo que él quiere para su vida”.
Alfonso, papá de Alfonso García.

El H. Alfonso García de rodillas junto a su padre.

Comenta que como familia siempre le motivaron a que buscara su felicidad y en la Legión de Cristo es donde finalmente la ha encontrado, en sus compañeros y maestros quienes han sido guía en su camino. Se siente orgulloso y tranquilo de verlo feliz y cuenta con el apoyo de toda su familia.

Abel Moo es originario de Cancún y al ser una ciudad muy compleja en la actualidad, como fieles católicos son conscientes de que se necesitan sacerdotes, así que cuando llegó el momento de iniciar el acompañamiento de su hijo en su decisión de buscar la vocación sacerdotal, sus padres lo apoyaron plenamente.

“Ver a nuestro hijo crecer física y espiritualmente en el noviciado, nos llena de satisfacción. Ver felices y en paz a los novicios nos contagia a todos. Estoy muy agradecido con la Legión de Cristo por acompañarlos en su crecimiento”.
Isaías, papá de Abel Moo.

Originario de Puebla, Cristian David Garrido se muda con su familia a Reynosa, Tamaulipas donde conoce a un sacerdote legionario y recibe una invitación para participar en una convivencia en la Apostólica de Monterrey, a la cual ingresa pero al terminar el estudio de las humanidades regresa con su familia sintiendo que no era ese su camino. Cursó la carrera de odontología y luego de titularse siente que no es feliz, lo cual lo motivó a acercarse a diversas congregaciones religiosas tales como los Padres Dominicos, Franciscanos, Diocesanos y Misioneros de la Virgen de Guadalupe.

Tiempo después contacta a un ex compañero novicio con el cual se apoyó para su regreso al noviciado, acompañándose en diversos retiros que le ayudaron a discernir su camino nuevamente y regresar para continuar su formación sacerdotal.

“Regresar al noviciado le cambió la vida: de ser un muchacho triste, a una felicidad total”.
David, papá de Cristian Garrido.

El H. Cristian Garrido acompañado de su papá.

Diego Milán es originario de Puebla y su proceso vocacional ha sido un mar de emociones pues su decisión de ingresar a la Legión de Cristo fue sorpresiva para su familia. Mientras cursaba el segundo año de la carrera de gastronomía les comparte su inquietud de ingresar al noviciado. Su espíritu de servicio y la claridad de su vocación le dan a su familia la certeza de que ha elegido el camino que Dios pensó para él.

“Dios siempre está presente y va allanando el camino. Estamos agradecidos de que Diego pudo tomar esta decisión con alegría y fortaleza, es muy gratificante y da paz ver a nuestros hijos felices”.
Adrián, papá de Diego Milán.

El H. Diego Milán y su padre llevan las ofrendas al altar.

José Luis Laporta es originario de la Ciudad de México, exalumno del Highlands International School México y de Dublin Oak.

Desde niño siempre fue muy espiritual, muy cercano a Dios y a la Virgen María, lo cual lo convirtió en una especie de psicólogo para sus amigos. Fue responsable del ECYD y miembro activo de su sección en CDMX Sur, donde sintió el llamado de Dios durante una hora eucarística.

Terminando la preparatoria entrega un año como colaborador en Madrid, España y viendo todo su potencial al terminar decide seguir adelante con su ingreso a la Legión de Cristo.

“Puso a Dios delante y verlo cómo renunció a todo por seguirlo es muy admirable”.
José Luis, papá de José Luis Laporta.

El H. José Luis Laporta compartiendo la celebración eucarística con su papá.

Encomendemos en la oración a estos jóvenes novicios y a sus familias para que continúen fieles al llamado de Dios de extender su Reino entre los hombres.

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