La Iglesia es formadora de apóstoles al estilo de Jesús
El viernes 28 de febrero de 2025 se llevó a cabo el retiro mensual para los miembros del Regnum Christi en la localidad de Pachuca, impartido por el padre Alfonso Pedroza López, L.C., bajo el tema “La Iglesia, nuestra madre”. Durante la jornada los asistentes reflexionaron sobre el papel fundamental de la Iglesia en la transmisión del mensaje de amor de Dios y en la vida de cada creyente.
El padre Alfonso destacó que la Iglesia no es sólo una institución, sino la comunidad de todos los bautizados, consagrados a la Santísima Trinidad. Enfatizó que el fin último de la Iglesia es formar a los fieles hacia una comunión más profunda con Dios, recordando que Jesucristo entregó su vida por ella, haciéndola evangelizadora y transmisora de la vida divina.
A lo largo del retiro, los participantes fueron invitados a descubrirse amados por Dios y a dejarse transformar por su amor.
“Descúbrete amada, déjate amar por Él, aprópiate del Crucificado, pídele que te ayude a saber que te ama, para que luego puedas decirle: ‘Señor, ¿qué quieres que haga por ti?’”,
fueron algunas de las palabras que resonaron con fuerza en la reflexión.
Se hizo un llamado a los presentes a reconocer su papel activo dentro de la Iglesia:
“Soy la voz, las manos, los pies, el corazón de Cristo, yo soy su presencia para los hombres. ¿Vas a dejar a Cristo actuar a través de ti?”.
La invitación fue clara: no esperar a que otros tomen la iniciativa, sino asumir con compromiso la misión evangelizadora.
El testimonio de Leticia Terrazas reafirmó el impacto del retiro:
“Me ha dejado la certeza de que la Iglesia me encamina al amor personal hacia ella y hacia el Papa, pues son el legado de nuestro Señor Jesucristo. Me invita a dejar de ser pasiva y a avocarme a difundir el Evangelio. Me hace recordar el momento en que me incorporé al Regnum Christi: ‘Me toca a mí, de mí depende’”.
El retiro concluyó con la celebración de la santa misa, un momento de encuentro con Cristo, y un pequeño convivio que fortaleció los lazos de fraternidad, como una verdadera comunidad de apóstoles, entre los asistentes.