Por segundo año consecutivo, la Semana Santa fue muy diferente a como se recuerda. De nueva cuenta, a causa de las restricciones sanitarias por la pandemia de COVID-19, se tuvo que vivir desde casa.
De igual forma, las misiones de Semana Santa se tuvieron que realizar de forma virtual. A la convocatoria de Juventud y Familia Misionera se sumaron Color, Fuego y Juventud Misionera, con todos los cuidados necesarios. Color y Fuego Misionero tuvieron sesiones de formación en la Casa del Divino Pastor, participaron ahí mismo en las misas diarias y organizaron una entrega de despensas para familias en situación vulnerable.
Juventud Misionera, por su parte, organizó pláticas para los jóvenes a través de la plataforma ZOOM, hicieron apostolado entregando cubre bocas, rosarios, despensas y sándwiches a la gente que vieron necesitada en el centro de la ciudad.
En el caso de las señoras, participaron en la visita de las 7 casas virtualmente, para lo cual una gran cantidad de personas se unieron, adornando sus puertas externas por esta actividad.