Peregrinación de la Comunidad Anáhuac a la Basílica de Guadalupe
“La peregrinación es una experiencia de misericordia, de compartir y de solidarizarse con quien hace el mismo camino, como también de acogida y generosidad por parte de quien hospeda y asiste a los peregrinos”. Papa Francisco
Poco antes de las ocho de la mañana, los alrededores de las fuentes de los Campus Norte y Sur de la Universidad Anáhuac comenzaron a llenarse de playeras de color naranja, morado y verde. Cientos de miembros de la Comunidad Universitaria, entre alumnos, académicos y administrativos abordaron los camiones que los llevarían a la Peregrinación a la Basílica de Guadalupe el pasado 16 de febrero.
Tras abordar los camiones desde el poniente y sur de la Ciudad de México, el punto de reunión fue la Calzada de Guadalupe. El ambiente fue de fiesta y celebración durante el trayecto, ya que cientos de jóvenes comenzaron a cantar y alzar las manos en señal de júbilo por el encuentro con la Virgen. Al ritmo de “ven con nosotros a caminar, Santa María ven…” alumnos, académicos, administrativos y familiares caminaron hacia la Basílica con rostros de fe y esperanza.
La peregrinación es un momento para unir a la comunidad, pero también un espacio para poner en práctica los valores cristianos y el culto a Dios y a la Virgen. A lo largo de kilómetro y medio finalmente se reencontraron con su fe cristiana entre gritos de gozo y fiesta por llegar a la casa de la madre de Jesús.
Al llegar a la Basílica de Guadalupe, el recinto católico más visitado del mundo, anualmente con más de 20 millones, Paulina Rodríguez Bilbao, alumna de 5to. semestre de la Licenciatura en Responsabilidad Social y Desarrollo Sustentable comentó: “Me costó mucho venir hoy, tenía gripe, tuve calentura toda la noche, sudaba, me daba frío, pero tenía que venir. Se lo ofrecí a la Virgen, vine y estoy feliz”.
“¿No estoy yo aquí que soy tu madre?” fue la pregunta que la Virgen de Guadalupe les hizo a todos al tiempo que se abrieron las puertas de la Basílica y tras ellas apareció el estandarte de la Reina del Tepeyac y el Rector, el P. Cipriano Sánchez García, L.C., quien les dio la bienvenida y compartió el agua bendita con la comunidad.
Durante su Homilía, el Rector agradeció el haber estado juntos por primera vez en esta peregrinación como Universidad Anáhuac México Campus Norte y Sur, en la casa de la “morenita del Tepeyac”.
“Pidamos a la Virgen que su hijo Jesús nos toque los ojos y el corazón para que nos permita seguir caminando como Comunidad Universitaria al servicio de nuestra sociedad mexicana y también a este mundo, en el cual la Universidad quiere ser una luz que ayuda”, afirmó el Rector.
Dijo que: “tenemos que sentirnos privilegiados de haber sido llamados como Comunidad Universitaria de la esperanza de la vida futura, de la esperanza de la comunidad futura, de la esperanza del mundo, es decir hombres y mujeres que en su corazón tienen la ilusión de poder caminar, de poder mirar hacia delante para decir hay vida, hay esperanza”.
Durante la Misa también se pidió a Dios porque la comunidad que forma la Red de Universidades Anáhuac (RUA) continúe formando hombres y mujeres de bien, y que bajo el proyecto educativo se traduzca en el servicio a favor de México.
Al finalizar la celebración eucarística, la familia Anáhuac puso en los pies de la Virgen todas sus preocupaciones, se pidió por las familias de cada uno y por el gran proyecto educativo de la Universidad.
“Yo soy colombiana, entonces el hecho de venir hace que me sienta mucho más en México, pero también es como un sentimiento como católica de sentirse en familia y es más bonito venir con la Anáhuac, porque, aunque vengas con amigas, es doble familia”, concluye Daniela Restrepo Castrillón, alumna de 3er. semestre de la carrera de Relaciones Internacionales.
La peregrinación 2017 terminó con el ánimo encendido, habiendo renovado así los valores y fe hacia la Virgen de Guadalupe y con el compromiso de volver el siguiente año.