El joven diácono comenzó su trabajó apostólico en la localidad del Regnum Christi en Chihuahua hace poco más de un año, centrando su labor en la atención, acompañamiento y formación de jóvenes. Para toda la comunidad ha sido muy significativo que haya elegido ordenarse presbítero en esa ciudad a pesar de ser originario de Monterrey, N.L.
Cuando la localidad se enteró de esta decisión, la felicidad y la emoción se hizo presente motivándolos a apoyar al joven sacerdote para que la ordenación fuera un momento de encuentro real entre los miembros de la familia carismática y la iglesia local, además de una celebración por la gracia de presenciar el llamado amoroso de Jesucristo y la generosidad para seguirlo por toda la vida.
“Somos muy bendecidos por tener la oportunidad de acompañarlo y ser parte de su Sí a Dios”.
Sonia Félix, laico del Regnum Christi.
La celebración presidida por S.E.R. Mons. Constancio Miranda Weckmann, estuvo también acompañada por 20 sacerdotes de la arquidiócesis y Legionarios de Cristo. Se hicieron presente las secciones del Regnum Christi de la localidad, apostolados, familiares, amigos y alumnos del colegio Everest de Chihuahua.
El P. Felipe de Jesús Castro, LC, superior de la comunidad, presentó al joven sacerdote para hacer la petición de ordenación ante el arzobispo. Los asistentes escuchaban atentamente y seguían la ceremonia conmovidos por ver a un joven en un acto de donación total por amor a Cristo.
Mons. Miranda, dirigió su mensaje poniendo a Jesucristo como modelo y haciendo énfasis en que el mundo exige sacerdotes santos, dóciles a la inspiración del Espíritu Santo que se transformen y se asemejen cada vez más al único que es fuente de toda santidad.
“Deseamos y esperamos de corazón, que vivas con intensidad esta vocación a la santidad”.
Mons. Constancio Miranda, arzobispo de Chihuahua.
Uno de los momentos más emotivos y de profundidad espiritual fue el instante en el que el padre Mario se postró en el suelo ante al altar. Ahí, en comunidad unidos en oración y en recogimiento, cada uno se unió a la letanía de todos los santos para encomendar la vocación sacerdotal del varón que llevará el evangelio y la misericordia de Dios a todos aquellos que el Señor ponga en su camino.
Llegó el momento en el que grupo de sacerdotes, como hermanos, pasaron uno a uno a imponer sus manos al nuevo presbítero que surgía a una vida nueva. Lo revistieron con los ornamentos y entregó a su madre el purificador con el que limpió sus manos ungidas.
El padre Mario pudo repartir la comunión a sus padres, familiares y amigos. Al finalizar la celebración se presenció un acto de humildad por parte del arzobispo, dónde se arrodilló para pedirle al joven sacerdote su bendición ante el asombro de todos los asistentes.
Con el corazón inflamado y la emoción a tope las personas congregadas en el templo le brindaron un prolongado aplauso mientras el padre Mario bendecía a sus papás.
Video de la ordenación