Cada año, durante cuatro semanas en el verano, se llevan a cabo los cursillos para colaboradores. Es el curso inicial del año de apostolado y formación en donde tienen momentos de oración personal y comunitaria, formación doctrinal, humana y apostólica, así como momentos de descanso y convivencia.
Un colaborador es un joven miembro del Regnum Christi que entrega uno o dos años de su vida a servir en algún apostolado a tiempo completo.
Del 2 al 27 de julio se llevó a cabo el cursillo previo para colaboradoras, en las instalaciones del centro Santa María de la Asunción “La Asunta” en Aguascalientes, en el cual participaron 32 colaboradoras provenientes de México, El Salvador, Costa Rica y Polonia. El equipo de formadoras estuvo conformado por 2 auxiliares y 7 consagradas.
Algunas de las participantes comparten su testimonio:
“El cursillo me ha ayudado a encontrarme con muchas niñas que comparten los mismos ideales que yo, que quieren fortalecer su amistad con Cristo y compartirla con los demás”.
Miryam Salazar, Guadalajara Norte.
“Este cursillo ha estado lleno de experiencias, enseñanzas, sorpresas, cuestionamientos; pero especialmente he sentido a un Dios amoroso que no deja de sorprenderme siempre”.
Natalia García, Guadalajara Norte.
“Para mí el cursillo ha sido una experiencia de encuentro profundo, no solo conmigo sino con mis amigas y sobre todo con Cristo. Él ha sido el que nos ha unido y llenado de alegría”.
María José Vargas, Costa Rica.
“Estas semanas en el cursillo han sido para mí como ir de la mano de Jesús junto con mis hermanas colaboradoras a un lugar feliz y lleno de paz a donde Él me permite conocerlo a fondo, enamorarme cada día más y confirmar que quiero seguirlo cada día de mi vida”.
Katya Lozano, Guadalajara Norte.
En el caso de los varones, el cursillo para colaboradores dio inicio el 7 de julio en CDMX y terminó con la entrega de destinos la primera semana de agosto. Participaron 38 jóvenes de ciudades como Guadalajara, Monterrey, León, Hermosillo, CDMX, Querétaro, Puebla, El Salvador, Colombia, Costa Rica y Polonia.
Visitando al a Virgen de Guadalupe.
Algunos de los participantes comparten su testimonio:
“El cursillo para mí ha sido una experiencia de formación como ninguna otra. El contacto que tienes tan constante con la oración, reflexión y autoconocimiento no se compara con lo que he vivido antes. Además, que te prepara para dar tu 100% en tu año de colaborador. Sin duda algo que te forma para la vida de servicio”.
Antonio González Aller, Culiacán.
“Para mí el cursillo es una oportunidad para demostrar a Dios, a ti mismo y a los demás que estás listo para dar un año a Dios y a la Iglesia”.
Lorenzo Ademollo, Polonia.
Les pedimos sus oraciones por cada uno de ellos y por el equipo de formadores que les acompañan.
