Gerardo Amaro Palacios
San Pedro Nexapa Amecameca, Estado de México
Es un gusto poder compartir mi experiencia en esta primera misión de San Pedro y San Pablo que se realizó en mi comunidad, al igual que en otras comunidades con mis hermanos evangelizadores.
En este mes de julio estoy cumpliendo 18 años como ETC y es la primera vez que se realiza una actividad de esta magnitud; la experiencia que me deja es muy edificante, pues aunque hemos convivido mucho en los cursos que tenemos de actualización cada 6 meses en el centro local, ésta ha sido una experiencia distinta, ya que pudimos compartir experiencias en el trabajo misionero, en el que todos los días nos movemos pero ahora en una comunidad distinta para algunos, con nuevos rostros y una actitud renovada para poder compartir los talentos que Dios ha dado de una manera distinta cada uno. Fue algo muy bueno y positivo para todos.
Me tocó ser anfitrión en mi comunidad, preparar el lugar para recibir a mis hermanos, buscar que estuvieran cómodos y que no faltara lo esencial para ellos, fue algo que me gustó hacer involucrando a mi familia y a algunas personas de la comunidad.
Las personas de mi comunidad se dieron cuenta que no soy el único en el trabajo de la evangelización, que tengo otros compañeros que como yo, realizamos esta labor y que estamos al servicio de la Iglesia apoyando a la misión.
Felicito a quien impulsó esta actividad, no cabe duda que el Espíritu Santo es quien guía al programa de Evangelizadores de Tiempo Completo y que tenemos que seguir siendo dóciles a sus inspiraciones.
De parte de mi comunidad, de mis hermanos ETC, de mi familia y de un servidor, muchas gracias y que Nuestro Señor siga bendiciendo a esta gran obra.
Cornelio Pedro Zacarías Medina
Canohuillas, Villa Victoria, Estado de México
Esperé con mucho entusiasmo la misión de San Pedro y San Pablo con la idea de conocer personas nuevas. Finalmente cuando llegó el día y llegamos al lugar que nos habían asignado para las misiones de evangelización, me pareció muy hermoso pero solitario el lugar, ya que las casas estaban un poco escondidas entre los árboles y cuesta arriba; desde mi punto de vista, una comunidad muy marginada. El primer día de la misión tuvimos la oportunidad de visitar a una familia que acababa de sepultar a un sobrino que fue arrastrado por la corriente. Mi compañero y yo nos quedamos sin palabras al escuchar esta noticia y le dije: ¿y ahora qué hacemos? Decidimos transmitir el mensaje de Cristo e hicimos oración con todos los miembros de la familia. Percibí que a sus habitates les da mucho gusto ser visitados por los misioneros y que les compartan la Palabra de Dios.
Me gustaría regresar a ese mismo lugar porque me quedé con hambre de compartir a Dios, solo espero que pueda ser por más tiempo y con más frecuencia, ya que 3 días no fue suficiente.
Alejandro Macedonio
Las Anonitas, Municipio de Ajuchitlán del Progreso, Estado de Guerrero
Grandes días vivimos del 27 al 29 de junio en la misión de San Pedro y San Pablo. El día 27 llegamos a la comunidad de las Anonitas, en el Estado de Guerrero. Nos recibió la coordinadora de la misión quien nos llevó a la casa donde nos hospedaríamos. Salimos al visiteo y percibimos que la gente estaba muy contenta por la misión, ya que no es común que se haga esto en la comunidad. Por la tarde nos reunimos en el templo donde dimos nuestro primer tema. El segundo día salimos una vez más con mucho ánimo, tanto, que en la noche la gente no quería que terminara el tema y tuvimos que prolongar la actvidad hasta las diez de la noche. El último día las familias no querían que nos fuéramos, sin embargo les prometimos que regresaríamos pronto.
Miriam Isabel Figueroa
Fracc. Villa del Real, Tecámac, Estado de México
Nos asignaron el fraccionamiento Villa del Real en Tecámac, nuestra misión: visitar a las familias. Cuando los evangelizadores iniciamos el recorrido por los hogares, de entrada pensaban que éramos hermanos separados porque decían que los católicos no tenemos esa costumbre. En el fraccionamiento de Villa del Real la gente es muy desconfiada y no te permiten el paso a las privadas, al presentarnos y darse cuenta que íbamos de la parroquia a darles un mensaje, nos recibieron muy bien y la mayoría nos invitó a pasar a su casa. Al darles el mensaje sobre la santidad, ellos pensaban que eso sólo era para sacerdotes y religiosas, de hecho se sentían muy alejados de la santidad, sin embargo cuando les explicamos y les dijimos que la santidad se vive en el día a día y es lo que cada uno realiza, se quedaban admirados y su mirada y sus rostros expresaban esa fuerza que el Señor da después de recibir una palabra de ánimo. Cuando ya nos retirábamos se quedaban muy contentos de sentirse amados por nuestro Señor y darse cuenta que nosotros únicamente somos sus instrumentos y que estamos dando el servicio para gloria de nuestro Señor.
Javier Munguía Gómez
Canohuillas, Villa Victoria, Estado de México
Comparto con ustedes mi testimonio de la misión realizada en la comunidad de Canohuillas, Municipio de Villa Victoria, Estado de México.
No cabe duda que en el visiteo se viven grandes experiencias que nos ayudan a seguir con más ímpetu en la evangelización. Nos tocó visitar a una señora de aproximadamente cuarenta años, cuando la saludamos nos contestó de mal gusto, estaba con un joven de unos veinticinco años que parecía familiar, comencé a dar el saludo de parte del sacerdote de la parroquia y a explicarle que éramos misioneros y el motivo de la visita, sin embargo su actitud fue de rechazo e indiferencia, aún así no me desanimé y empecé a hablar confiando en que el Señor es el que estaba conmigo y que con la ayuda de Él lo haría.
Tenía a una niña pequeña de escasos seis años y desde que comencé a hablar estuvo atenta a lo que decía, pero su mamá y el joven no, parecía que les molestaba el escuchar el mensaje, les pregunté si conocían algún santo y comentaron que sí creían en los santos pero nada más, después pregunté por sus nombres y dijeron que no tenían nombre y después ya no hubo más respuestas.
Seguí anunciando de cómo ellos, aún sin saber su nombre, podían ser santos; a la señora le dije que siendo una madre tierna, una esposa cariñosa, etc. lo mismo al joven, le dije que él también podía llegar a ser santo como buen hijo, como sobrino, como un trabajador, haciendo las cosas con alegría, etc.
Sin embargo, no hubo respuesta de ninguno de los dos, pero la niña seguía atenta a lo que había dicho y por atención a esa pequeñita que me miraba con unos ojos tiernos y con una sonrisa en sus labios, continué. Para terminar les di la bendición de Dios y al despedirme de ellos la única que se despidió de mí fue la niña con una gran sonrisa.
Creo que esta experiencia lejos de desanimarme, me impulsa a seguir una y otra vez, aún en los momentos que pareciera que nadie escucha el mensaje. Solo Dios sabe qué fue lo que se sembró en los corazones de ellos, pero creo que el deber es sembrar y lo demás le corresponde al Señor hacer crecer, pido a Él por esta señora que sin saber su nombre ni el del joven, les toque el corazón para que haga su obra en ellos.
Israel Cervantes Cervantes
Parroquia Nuestra Señora del Sagrario Guadalajara, Jalisco
Con un total de 97 misioneros, dio inicio la misión parroquial 2018 en la Parroquia de Nuestra Señora del Sagrario en Guadalajara, Jalisco.
La misión inició con una emotiva misa. En la eucaristía el Padre Luis Enrique Silva Álvarez, nos motivó a ir casa por casa; hizo hincapié en el mensaje del Papa Francisco sobre ir a las periferias y evangelizarlas. “Tenemos en nuestro territorio parroquial una gran oportunidad de llevar el mensaje de misericordia a nuestros vecinos”, mencionó nuestro párroco en la homilía.
Este año nuestra misión parroquial tuvo como tema central el “Padrenuestro” con el lema “Enséñanos a vivir y a rezar el Padre Nuestro en familia” ya que nuestra agenda de pastoral como todos los años, tiene el fin de meditar y reflexionar un tema del Catecismo; para este año son las siete peticiones de la oración perfecta.
Las actividades de esta misión fueron el visiteo a las casas para realizar una encuesta, entregar un imán con la oración dominical y la manera de vivir en familia, así como la bendición de casas, siete temas con la metodología participativa de ver, juzgar y actuar; momentos de oración y actividades para vivir esta plegaria, como el curso de PIN “DIDASKO” (curso del Padre Nuestro).
Los misioneros recorrieron un total de 78 Manzanas del territorio parroquial, evangelizando casa por casa con la oración perfecta.
Fue una tarea ardua y muy fructífera, ya que algunos misioneros evangelizaban en familia y algunos otros lo hacían tal y como cristo nos encomendó: “Vayan de dos en dos”.
Yolanda Carrillo Flores
Parroquia Santiago Apóstol
La Parroquia Santiago Apóstol realizó la convocatoria para participar en la misión San Pedro y San Pablo, dicha convocatoria se realizó dos semanas previas a través de invitación personal, visitas a domicilio, llamadas telefónicas e invitación a través de los avisos parroquiales. También se involucró a dos catequistas por centro, quienes trabajaron en conjunto con los misioneros.
La distribución de la misión se llevó a cabo tomando en cuenta los centros de catequesis que fueron 29, los cuales cubren casi en su totalidad, la zona territorial de la parroquia.
Los destinatarios de la misión fueron los padres de familia de todos los niños que están en preparación para Primera comunión y Confirmación, alrededor de 1,000 niños, atendiendo en total a casi 1,500 personas.
Por petición del párroco, la misión fue titulada: “Escuela para padres”, el mensaje principal fue elegido por el párroco en conjunto con un equipo coordinador. Se impartieron temas de formación dedicados a salvaguardar los valores en las familias cristianas.
En general la respuesta de los asistentes fue muy positiva. El padre responsable de la parroquia propuso que esta actividad de evangelización no se pierda y pidió para que se siga replicando anualmente y con más sesiones.
Se logró atender gran parte de la comunidad, que en su mayoría fueron mujeres; también se comprometieron nuevos agentes de pastoral a trabajar en la parroquia y en las comunidades eclesiales de base.
Los padres de familia testimoniaron como algo muy positivo la actividad misionera.
En total fueron 41 misioneros y 56 catequistas los que participaron.
En algunos centros de catequesis quedaron instituidos centros de formación bíblica porque querían seguir reflexionando semanalmente la Palabra de Dios y se agregaron a las comunidades eclesiales de base que hay en la parroquia.
