Daniel Villaseñor, nació el 5 de septiembre de 1986, en la Ciudad de México, desde niño sintió gusto por el sector turístico: “Desde chico siempre me gustó porque era trabajar por los demás, ahí nació esa espinita también del servicio a las personas, y mi gusto se vio muy reflejado en la carrera de Administrador de Empresas de Entretenimiento que decidí estudiar, pero luego pude ver potenciado ese deseo de servir a los demás pero a un nivel mucho más profundo, más existencial y sobre todo mucho más espiritual”.
En su época de estudiante compaginaba sus estudios con misiones de evangelización y misiones humanitarias en zonas marginadas de México con Juventud y Familia Misionera, estas experiencias desarrollaron más su sensibilidad hacia las necesidades y carencias de las personas. Tuvo la oportunidad de trabajar en Disney World, en Orlando, Florida y trabajó en Starwood de la Ciudad de México; con estas experiencias descubre que el sector turístico requiere de personas muy comprometidas que ayuden a los demás a ser felices y a disfrutar de la vida, pero él sentía que aún faltaba algo:
“Ese servicio que antes yo hacía en una jornada de 8 horas, ahora lo hago las 24 horas del día y por algo mucho más grande que arrancar una sonrisa o hacer que tengan una experiencia hermosa y agradable; ahora es que se encuentren con su creador, que se den cuenta que Dios los ama. Eso me motiva muchísimo, enseñar la verdad, llevar mucha esperanza y mucho amor a las personas y por supuesto hacerlos sonreír”. En el año 2011 decidió iniciar su camino al sacerdocio en el seminario de los legionarios de Cristo en Monterrey, Nuevo León.
Diez años después Daniel se ordenaría diácono en agosto de este año en la Basílica de Guadalupe, pero a tres días de su ordenación le diagnosticaron COVID-19: “En la convalecencia fui testigo del dolor y sufrimiento que esta enfermedad lleva a las familias; vi como sacerdotes y religiosas llevan consuelo y apoyo a los enfermos y a sus familiares, reconocí todo el trabajo que ha hecho el sector salud con una ejemplar vocación de servicio.”
Este 23 de septiembre por fin pudo ser ordenado diácono legionario de Cristo en la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, de la Ciudad de México por Mons. Gerardo Díaz Vázquez, obispo de Tacámbaro, quien en la homilía reafirmó a Carlos Daniel, que la vocación diaconal es dedicada al servicio, principalmente de los más necesitados.
Breve semblanza
Carlos Daniel Villaseñor Ledesma, LC, nació en la Ciudad de México el cinco de septiembre de 1986. Estudió secundaria y preparatoria en el Instituto Cumbres México y la Licenciatura en Administración de Empresas Turísticas en la Universidad Anáhuac México Norte. Realizó sus prácticas profesionales en Disney World, en Orlando Florida y trabajó en Starwood en la Ciudad de México.
En el año 2011 inició su camino en el candidatado en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Su noviciado lo realizó en Gozzano, Italia; haciendo su primera profesión el 14 de septiembre del 2013 pasando después a la Filosofía en el Colegio Internacional de los Legionarios de Cristo en Roma, Italia. En el 2016 empezó 2 años de practicas apostólicas como prefecto en el Centro Vocacional de Altamira, Colombia. El primer año como prefecto de apostólicos y el segundo año como prefecto de Precandidatos.
Al finalizar sus practicas apostólicas regresó a Roma para realizar 3 años de Teología. El 26 de junio del 2020 emite su profesión perpetua. Actualmente ha sido asignado como vicerrector del Centro Vocacional de Altamira, Colombia.
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