En punto de las 6 de la tarde, el pasado 26 de agosto dio inicio la ceremonia en la que Marlene Torres renovó sus votos en la capilla del Irish First School en San Pedro, Monterrey y fue el P. Carlos Gutiérrez, L.C., director territorial del Norte de México quien presidió la celebración eucarística.
Originaria de Cotija Michoacán, Marlene comparte que la llamada a la vida consagrada se le fue manifestando de manera progresiva, teniendo las primeras inquietudes cuando estaba en el ECYD. Una inquietud que nació en un corazón adolescente permaneció y fue madurando con el tiempo sin darse cuenta. En algún momento pensó que la inquietud había desaparecido y que el plan de Dios para ella era ir por otro camino, ya que era feliz: tenía a su familia, a sus amigos, a su novio; una carrera que le encantaba y comenzaba ya su vida laboral.
Sin embargo, el Señor le vuelve a salir al encuentro, mientras estaba terminando la universidad, y durante el curso de una materia de acción social asistió a una zona maya para un proyecto de construcción, del cual al regresar experimenta algunas preguntas en su interior a las que debía poner atención: ¿Para quién es tu corazón? ¿En dónde arde tu corazón? ¿Qué buscas, a quién buscas?
Ese fue el tiempo de Dios para ella, ya que inició su camino de discernimiento vocacional, ingresó al candidatado y con el paso del tiempo pudo ir entendiendo, confirmando y acogiendo el amor de Jesús que le invitaba a seguirle con alegría, a amarle y a llevar su amor a los demás.
Ahora, llegado el momento de renovar sus votos, se siente con el corazón lleno y agradecido por lo que el Señor y ella han caminado juntos, con la ilusión de seguir aprendiendo y dejándose encontrar por su amor siempre nuevo.
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_row_inner content_placement=”middle”][vc_column_inner][vc_single_image image=”21484″ img_size=”large” alignment=”center”][vc_column_text]Caminando rumbo al altar.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text]El P. Ignacio Buisán, L.C. en su homilía del evangelio según San Juan, recordó como hace tres años, en plena pandemia Marlene se consagró y escuchó como Jesús le decía: “yo te desposaré” y al emitir sus votos por primera vez, Marlene eligió el salmo 33 para la misa de su consagración: “haz la prueba y verás que bueno es el Señor” y en esta ocasión en la celebración de renovación de votos el salmo que se hizo presente fue: “heme aquí, que en mí se cumpla tu voluntad”, un salmo que expresa una decisión, estar donde Dios quiere, la decisión de ser lo que debes ser. Un salmo lleno de confianza: “en Él he puesto mi esperanza” y también lleno de realismo: “ha escuchado mi llanto”, porque el llanto es parte de nuestra vida, “bienaventurados los que lloran porque serán consolados”.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner content_placement=”middle”][vc_column_inner][vc_single_image image=”21481″ img_size=”large” alignment=”center”][vc_column_text]“Se podría decir que estos tres primeros años de vida consagrada que has vivido apostólicamente en el Colegio Himalaya y siendo parte de la comunidad de El Rosario, han sido una prueba de lo bueno que es el Señor que te ha acompañado, fortalecido, inspirado, consolado, que te ha permitido estar cerca de tu familia, en momentos en que era muy importante y necesario estar ahí. Haz hecho la prueba y has visto qué bueno es el Señor”.
P. Ignacio Buisán, L.C.
Entregando su ofrenda de vida.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text]El P. Ignacio recordó también, que el día de su consagración en la homilía se escuchó que Dios había puesto sus ojos en Marlene invitándola a una vida de consagración para hacer cosas grandes en ella y a través de ella. El Evangelio de ese día, refrendó que la cosa más grande que hacen los que están consagrados a Dios es llevar a las personas a Jesús, teniendo siempre presente que Dios la ha llamado para llevar a las personas a Él, y así tengan vida y la tengan en abundancia.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner content_placement=”middle”][vc_column_inner][vc_single_image image=”21483″ img_size=”large” alignment=”center”][vc_column_text]Recibiendo a Jesús Eucaristía.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text][/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner content_placement=”middle”][vc_column_inner][vc_single_image image=”21479″ img_size=”large” alignment=”center”][vc_column_text]“Lo que más disfruto y agradezco de mi apostolado es poder conocer a tantas personas, llenar mi corazón de caras y nombres, y ver cómo Dios va llegando al corazón de las niñas, verlas crecer, ilusionarse, acompañar sus retos y búsquedas, y encontrarme con la ilusión de servir al Señor en el lugar al que sea enviada con el deseo de que su amor llegue a más corazones”.
Marlene Torres.
Acompañada de sus hermanos laicos consagrados.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text]Al final de la ceremonia, Marlene agradeció a todos los que se dieron cita el haber sido parte de su camino y su formación durante los últimos tres años, a sus compañeras de trabajo apostólico en el Himalaya International School y a su nueva familia de la Prepa Anáhuac Campus San Agustín. Agradeció a sus hermanas consagradas y Legionarios de Cristo, así como a sus papás que a la distancia la acompañaron también.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner content_placement=”middle”][vc_column_inner][vc_single_image image=”21480″ img_size=”large” alignment=”center”][vc_column_text]Agradecida con Dios por el acompañamiento de los sacerdotes legionarios.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text]Demos gracias a Dios por el don de Marlene a la vida consagrada, por todo este bien que Dios ha hecho y quiere seguir haciendo en ella y a través de ella y le pedimos a Él que le acompañe para que no deje de ser arcilla en manos del alfarero y que siga descubriendo el don que quiere Dios para la Iglesia.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Álbum del evento.
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