Por P. José R. Valencia, L.C.
Cuando el Papa Francisco nos pide una Iglesia en salida, una Iglesia misionera y hasta accidentada… ¿no está describiendo la misión del RC? La Evangelii Gaudium nos anima a generar procesos dinámicos que transformen a largo plazo, a saber sembrar, a saber soltar sin querer controlarlo todo. A saber confiar en que es la hora de los laicos. Permítanme ahora especificar cómo creo que se vive esto en la estructura organizativa del RC:
Los servidores del Regnum Christi
Se ha hablado mucho sobre los miembros del segundo grado. Son personas, que propongo, se llamen “servidores RC”, que sienten el llamado de Dios a identificarse con Cristo apóstol mediante una oración más intensa y una disponibilidad más concreta en el Movimiento. Son quienes buscan encarnar en totalidad el ideal del laico maduro, del laico líder, del laico apóstol. Son los verdaderos formadores de formadores, son el corazón de las secciones, son pilares de Cristo, son sus servidores.
Los responsables de grupo y de equipo
Ellos impulsan las secciones en especial con 3 áreas: su oración, su atención personal a los miembros y su dirección del equipo. Son los verdaderos pastores de ovejas que dan su vida a través de una fidelidad oculta. Saben sembrar en cada alma, saben empujar al equipo en toda circunstancia, saben esperar el momento de Dios. Son el tipo de líder que sabe exigir, que sabe motivar, delegar y sobre todo formar.
Los coordinadores del ICAFE
Integración, crecimiento, apostolado, formación y economía… las áreas transversales de todo equipo y sección. Quienes las impulsan velan para que se logre un crecimiento integral. Necesitamos oración y acción, integración y crecimiento, apóstoles formados, apostolados transformantes. A través de ellos la sección avanza con equilibrio y prudencia para cumplir su misión en la Iglesia y en el RC.
Los formadores
Aunque todos los miembros señalados en los puntos anteriores son formadores, no quiero terminar de señalar la importancia de que la sección tenga personas bien capacitadas, personas que se han encontrado con Cristo y que además saben defenderlo y proponerlo con amor. Testigos de que el reino de los cielos ya está aquí entre nosotros.
Así que tratemos de construir con bases sólidas, con formadores bien formados, con estructuras que no dependan de una sola persona, teniendo siempre una “sombra” que aprende de quien actualmente lleva el cargo. Tratemos de confiar en quienes aman el RC. Los laicos tienen el potencial de su vocación transformadora y la misión de ser testigos del Evangelio.
PUNTO PARA REFLEXIONAR: Los laicos dan la estabilidad y el empuje que necesita el RC.
VERSÍCULO PARA VIVIR: “No he venido a traer la paz, sino la guerra” – Mt 10,34
¡APLICA! Cuida que en tu sección se crezca al ritmo de una estructura basada en personas bien formadas.