¡Venga tu Reino!
La solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, es la fiesta titular del Regnum Christi. Celebramos el día del Regnum Christi en esta festividad para renovar nuestra decisión y compromiso de vivir nuestra vocación de discípulos apóstoles y así hacer presente el Reino de Cristo en el mundo. Asimismo, es una ocasión para ofrecer a amigos y simpatizantes la oportunidad de participar en una celebración para conocer más de cerca a nuestra gran familia.
Save the date.
Sé parte de la Celebración de Cristo Rey desde tu localidad.
El sábado 21 de noviembre 2020, víspera de la Solemnidad de Cristo Rey, transmitiremos un retiro virtual por las redes sociales oficiales del Regnum Christi de 6:00 pm a 9:00 pm (hora de CDMX).
6:00 Charla: “ART” ¡Venga tu Reino! Predica: Guillermo Campillo. Laico Consagrado del Regnum Christi.
6:30 Oración: “La Cruz”. Predica: Tais Gea. Consagrada del Regnum Christi.
7:00 Charla: “El Sagrado Corazón, el Cristocentrismo”. Predica: P. Adolfo Güémez, L.C.
Mini break 10 min
7:10 Oración: “El fuego del Espíritu Santo”. Predica: Leslie Chayeb. Consagrada del Regnum Christi.
7:40 Mesa redonda de laicos: “Sangre y agua”. La misericordia.
8:20 Adoración: “Que Cristo sea el Rey de Nuestras Vidas” Coordina: P. Juan Antonio Ruiz, L.C.
Si deseas tener la transmisión completa del retiro directamente en tu página de Facebook, por favor regístrate en el siguiente formulario para realizar el proceso de publicación cruzada.
¡Venga tu Reino!
RENOVACIÓN POR DEVOCIÓN DE LOS COMPROMISOS DE ASOCIACIÓN*
*Extracto del Ritual del Regnum Christi (septiembre de 2019)
A tenor de lo dispuesto en el número 20 § 4 del Reglamento de los Fieles Asociados a la Federación Regnum Christi, los miembros laicos anualmente renuevan por devoción los compromisos adquiridos al momento de su adhesión al Regnum Christi. Esta renovación se hace conforme a la Fórmula aquí propuesta, ordinariamente al concluir la celebración eucarística de la solemnidad de Jesucristo, Rey del universo. Si durante dicha solemnidad se celebra el Rito de asociación para nuevos miembros, los miembros laicos presentes renuevan su pertenencia al Regnum Christi mediante la participación activa en dicho Rito.
Todos de pie.
Quien preside:
A fin de renovar la aceptación que han hecho a la invitación deCristo de ser sus amigos y sus apóstoles, viviendo su vocación bautismal según el carisma del Regnum Christi, expresemos delante de Dios nuestra voluntad de renovar la pertenencia al Regnum Christi y los compromisos que esta pertenencia conlleva.
Miembros:
Señor, Tú me has llamado a vivir conscientemente mi vocación bautismal a la santidad y al apostolado según el carisma del Regnum Christi, para entregarme a Cristo desde mi estado y condición de vida a fin de que Él reine en mi corazón y en la sociedad.Por eso deseo renovar mi pertenencia al Regnum Christi como miembro de esta familia espiritual. Para ello me comprometo a:
- Crecer en la amistad con Cristo desarrollando la vida de gracia a través de la oración y los sacramentos.
- Vivir las virtudes evangélicas de la pobreza, la obediencia filial y la pureza en pensamientos y acciones.
- Cumplir con amor y honestidad los deberes propios de mi estado de vida como un servicio a Dios y a los demás.
- Empeñarme en mi formación integral y forjar mi liderazgo cristiano.
- Emprender y participar en iniciativas apostólicas.
- Profesar un amor fiel y operante a la santa Iglesia, al papa y a los demás obispos.
- Ofrecer generosamente mi oración, talentos, tiempo y haberes para colaborar en la misión del Regnum Christi al servicio de la Iglesia.
Quien preside:
Movidos por el deseo de hacer presente el Reino de Cristo enlos corazones y en la sociedad, y conscientes que Dios cuenta conla colaboración libre del hombre para llevar a cabo su plan de sal- vación, digamos juntos:
Todos los miembros del Regnum Christi:
Me toca a mí, de mí también depende, que tus palabras, Señor, no se pierdan.
Me toca a mí que tu mensaje de salvación llegue a los hombres.
Me toca a mí vivir de tal manera tu palabra que, cuantos mevean te reconozcan y te den gloria y se sientan impulsados por tugracia a participar de la fe de la Iglesia y a dar testimonio vivo de ella.
Me toca a mí encarnar el carisma del Regnum Christi para cum- plir esta misión en la Iglesia y en el mundo.
Conclusión
Quien preside:
Bendigamos al Señor.
Todos:
Demos gracias a Dios.
O bien, si la renovación por devoción no se ha hecho al final de una celebración eucarística.
Bendición
Si quien preside no es sacerdote o diácono se usa la siguiente formula.
Quien preside:
Pidamos la bendición de Dios para que nos fortalezca en la mi- sión que nos ha encomendado. Digamos juntos:
Todos (mientras cada uno hace la señal de la cruz):
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Si el que preside es sacerdote o diácono utiliza la siguiente fórmula.
Sacerdote o diácono:
El Señor esté con Ustedes.
Todos:
Y con tu espíritu.
Sacerdote o diácono:
La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijoy Espíritu Santo, descienda sobre Ustedes.
Todos:
Amén.
Jesucristo, Rey del universo, Rey de nuestras vidas y de nuestras familias, nos acercamos a ti ofreciéndote todo lo que somos y tenemos, nuestros pensamientos, nuestras inquietudes, nuestras cualidades, nuestros deseos y nuestras debilidades. Queremos ponerlos a tu servicio para colaborar contigo en la salvación de los hombres y en la extensión de tu Reino en el mundo.
Acoge con amor la consagración que hoy te hacemos de nuestras vidas. Acéptala como acción de gracias por cuanto de ti hemos recibido.
Concédenos la gracia de seguir el camino de la santidad en la imitación de tus virtudes, y dar testimonio público de nuestra fe en ti, de forma que todos los hombres con quienes convivimos en la sociedad, encuentren en nosotros auténticos discípulos tuyos que se caracterizan por su caridad universal, por la correspondencia entre su fe y sus obras y por un ardiente deseo de que se establezca tu Reino en la tierra.
Infunde en nuestro corazón los mismos sentimientos que te movieron a encarnarte y morir en la cruz por la salvación de cada hombre.
Haznos vivir fielmente el mandato de la caridad que nos dejaste como testamento.
Inflama nuestros corazones, ilumina nuestras mentes, da fuerza a nuestras decisiones y llévanos siempre por el camino de la fidelidad a tus mandatos.
Conviértenos en instrumentos dóciles y apasionados de tu amor para que, así, podamos servir de modo más fructífero a nuestra amada Iglesia católica, llevando tu salvación y tu mensaje a muchos hombres.
Despréndenos de todos los miedos y egoísmos, fortalece nuestra fe en el carisma que nos has confiado y danos valor para que respondamos con fidelidad exquisita a tu llamada. Amén.
¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco todo a ti; y en prueba de mi filial afecto te consagro en esta noche mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Así sea.[1]
Segunda opción:
Madre mía, venimos ante ti al final de este año litúrgico a bendecirte por las cosas grandes que ha hecho en ti Dios todopoderoso, a agradecerte las gracias que me has alcanzado, a consagrarte todos mis pensamientos, palabras y obras, y a pedirte tu bendición para mí y cada uno de mis hermanos.
Concédeme imitar la vida de oración, de obediencia, de pureza, de sacrificio y de sencillez que compartiste con tu hijo, nuestro hermano y Señor. Ayúdame a formar un corazón manso y humilde como el suyo.
Alcánzame la gracia de recibir la Eucaristía con el fervor con que tú lo hacías en los años de tu soledad.
Intercede ante tu hijo por los legionarios y miembros del Regnum Christi, para que seamos, en sus manos, un instrumento fiel para la extensión de su reino entre los hombres.[2]
[1]Manual de Oraciones del Regnum Christi.
[2]Oración a la Santísima Virgen, nuevo manual de oración de los Legionarios de Cristo.
Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que, en la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey, rece públicamente el acto de consagración del género humano a Jesucristo Rey; en cualquier otra circunstancia, la indulgencia será parcial (Penitenciaría Apostólica, Enchiridium Indulgentiarum, Concesión n. 27).
Jesús dulcísimo, Redentor del género humano, míranos arrodillados humildemente en tu presencia. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y para estar más firmemente unidos a ti, hoy cada uno de nosotros se consagra voluntariamente a tu Sagrado Corazón. Muchos nunca te han conocido; muchos te han rechazado, despreciado tus mandamientos. Compadécete de unos y de otros, benignísimo Jesús, y atráelos a todos a tu Sagrado Corazón. Reina, Señor, no sólo sobre los que nunca se han separado de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no mueran de miseria y de hambre. Reina sobre aquellos que están extraviados por el error o separados por la discordia, y haz que vuelvan al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que pronto no haya más que un solo rebaño y un solo pastor. Concede, Señor, a tu Iglesia una plena libertad y seguridad; concede a todo el mundo la tranquilidad del orden; haz que desde un extremo al otro de la tierra no se oiga más que una sola voz: Alabado sea el Divino Corazón, por quien nos ha venido la salvación; a él la gloria y el honor por los siglos. Amen.
***
Requisitos para obtener indulgencia plenaria
- Estar en estado de gracia
- Tener intención de ganarla
- Realizar la obra prescrita
- Confesión
- Comunión
- Oración por las intenciones del Papa
- Excluir todo afecto al pecado, incluso venial
Sobre la Comunión, la Confesión y la oración por el Papa
Es conveniente, pero no necesario que la confesión sacramental, y especialmente la Sagrada Comunión y la oración por las intenciones del Papa, se hagan el mismo día en que se realiza la obra indulgenciada; pero es suficiente que estos sagrados ritos y oraciones se realicen dentro de algunos días (unos veinte) antes o después del acto indulgenciado. La oración según la mente del Papa queda a elección de los fieles, pero se sugiere un Padrenuestro y una Avemaría.
Para varias indulgencias plenarias basta una confesión sacramental, pero para cada indulgencia plenaria se requiere una distinta sagrada Comunión y una distinta oración según la mente del Santo Padre (Aviso de la Penitenciaría Apostólica, 10-II-2000, n.5)
Comparte con nosotros las actividades que se realizarán en tu Localidad.
Solemnidad de Cristo Rey
• Triduo de renovación en Chilapa, Ver.
17, 18 y 19 noviembre del 2020
• Rosario a la Santísima Vírgen
18 de noviembre en Chilapa, Ver.
• Solemnidad de Cristo Rey
sábado 21 de noviembre a las 18:00 hrs.
En la Capilla de las madre Guadalupanas
Precedida por el padre Juan Antonio Torres LC
• Novena a Cristo Rey
23 de noviembre a las 18:00 hrs.
A través de ZOOM
Informes: Marcela García Valencia mgvmareva.04@gmail.com